Un equipo internacional de científicos, con participación española, ha descubierto excepcionales propiedades moleculares en un péptido antimicrobiano obtenido de la piel de un sapo australiano, protagonista del #Cienciaalobestia. El hallazgo podría inspirar el desarrollo de nuevos fármacos sintéticos para combatir infecciones bacterianas.
Un equipo científico de EE UU ha producido un compuesto con módulos de construcción molecular intercambiables que ha demostrado ser eficaz frente a cepas bacterianas resistentes en un modelo de ratón.
Investigadores de la Universidad de Copenhague, liderados por el español Guillermo Montoya, han descrito la estructura atómica de Cmr-β, el sistema CRISPR Cas de mayor tamaño y complejidad. Además, han observado cómo funciona su respuesta inmunitaria contra los fagos invasores de las bacterias. El hallazgo podría tener aplicaciones futuras en la lucha contra la resistencia a los antibióticos.
Un equipo del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC ha demostrado que la alternancia y combinación de ciertos antibióticos es efectiva frente a infecciones por Pseudomonas aeruginosa, una bacteria que ataca a las vías respiratorias, las urinarias y otros tejidos.
El equipo de la investigadora Jennifer Doudna ha encontrado una nueva nucleasa Cas mucho más pequeña y versátil allí donde menos cabía esperar: en un virus. Este la ‘robó’ a una bacteria en algún momento de la evolución para enfrentarse a fagos rivales. Los resultados del estudio publicado en Science son preliminares, pero podrían servir para desarrollar herramientas de edición genética más eficaces.
El sistema actual de clasificación de organismos unicelulares solo acepta que se nombren nuevas especies de bacterias y arqueas si al menos uno de sus representantes ha crecido en el laboratorio en forma de monocultivo y si son accesibles para la comunidad científica. Este problemático requisito para los procariotas de la naturaleza es ahora rebatido en un artículo que propone un nuevo código de nomenclatura que sustituya al actual.
Investigadores de la Universidad de Amberes (Bélgica) han comprobado que algunas bacterias adaptadas a vivir en nuestra nariz tienen la capacidad de bloquear el crecimiento de patógenos y reducir la inflamación. De hecho, las personas con inflamación crónica nasal o sinusitis presentan menor cantidad de estos microorganismos.
Investigadores de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona han mostrado en un estudio que la respuesta de las bacterias a los antibióticos puede depender de otras especies de bacterias con las que conviven.
¿Puede una bacteria como E. coli producir filtros proteicos de luz más baratos, saludables y sostenibles para los LED? Con este objetivo acaba de arrancar el proyecto europeo ENABLED, coordinado por IMDEA Materiales desde España e inspirado en la bioluminiscencia de los animales marinos.
Investigadores de la Universidad de Copenhague, liderados por el español Guillermo Montoya, han descifrado las claves de cómo se defienden las bacterias de atacantes externos como virus u otras bacterias. También han descrito el modo en que estas defensas CRISPR pueden ser activadas en un momento preciso. El hallazgo podría ayudar a diseñar estrategias para combatir enfermedades en el futuro.