Esta serpiente puede tragar ciervos y caimanes enteros, y tiene una capacidad de apertura de mandíbula mayor de lo que se pensaba. Los ejemplares, que pueden crecer hasta seis metros de largo y pesar más de 90 kg, suponen un impacto negativo en los ecosistemas.
Un nuevo estudio muestra cómo los mamíferos pasaron de una postura similar a la de los reptiles a una erguida utilizando modelos biomecánicos avanzados y datos fósiles. Los resultados revelan que esta transición fue compleja y no lineal, y ocurrió mucho más tarde de lo que se pensaba.