Un estudio internacional, con participación española, describe una nueva forma de trasladar fármacos al cerebro, uno de los grandes desafíos de la ciencia farmacéutica actual. Este hallazgo podría ayudar a diseñar nuevos tratamientos para enfermedades neurológicas como el párkinson o el alzhéimer.
Investigadores de Estados Unidos y varios centros europeos han desarrollado un test capaz detectar en sangre la acumulación anormal de una forma de proteína tau que indica cambios en el cerebro a causa de la enfermedad.
La molécula Abeta42 es la responsable de la pérdida de sinapsis en pacientes con alzhéimer, según un equipo español. Los expertos han conseguido alterarla y permitir que se exprese una enzima que ‘rescata’ las sinapsis deterioradas. Estos hallazgos permitirían diseñar una nueva estrategia contra la enfermedad.
Potenciar la ruta de señalización de la proteína reelina podría ser una estrategia terapéutica efectiva para contrarrestar las principales alteraciones cognitivas, bioquímicas y comportamentales que se manifiestan en el alzhéimer y en otras patologías relacionadas con la proteína tau. Así lo revela un nuevo estudio con modelos animales publicado en Progress in Neurobiology.
El tratamiento con el fármaco dabigatrán, un anticoagulante oral de acción directa, retrasa la aparición de la enfermedad de Alzheimer en ratones. El hallazgo supone un avance importante para trasladar los resultados a la práctica clínica y conseguir así una terapia eficaz para la patología.
Es líder mundial en el estudio de la autofagia, un mecanismo mediante el cual las células se limpian a sí mismas. Desde que el gobierno de Barack Obama lanzó un estado de emergencia para la investigación en alzhéimer, Cuervo estudia el papel de esta autolimpieza en el desarrollo de la enfermedad.
Un equipo de investigación internacional liderado por la Universidad Complutense de Madrid ha desarrollado el primer armario inteligente capaz de medir la memoria de una persona. Utilizando sensores magnéticos en sus puertas, el mueble detectaría desde esas pequeñas pérdidas habituales hasta la evolución de un paciente con alzhéimer.
La búsqueda de biomarcadores que permitan la detección precoz de la enfermedad de Alzhéimer es uno de los grandes retos de la medicina actual, y la retina es uno de los más atractivos. Un equipo de investigación de la Universidad Complutense de Madrid ha identificado, por primera vez, la forma, el tamaño y la ubicación exacta de las regiones afectadas por la enfermedad en cada capa retiniana, analizando los cambios de espesor que se producen en pacientes en estadio leve.
Los niveles de la proteína SFRP1 están anormalmente elevados en el cerebro y en el líquido cefalorraquídeo de pacientes con enfermedad de Alzheimer.Así concluye una investigación española, realizada en ratones, que demuestra la eficacia de un tratamiento que inactiva la función de dicha proteína.
Un equipo de neurocientíficos del CSIC ha descubierto que los astrocitos, un tipo de células del cerebro, están implicados un proceso que permite borrar información que ya no es importante y reemplazarla por nuevos acontecimientos o situaciones. Este hallazgo podría abrir la vía a nuevas líneas de investigación para terapias contra la enfermedad de Alzheimer.