Un equipo liderado por la Universidad de Cambridge ha descubierto que esta enfermedad neurodegenerativa llega a diferentes regiones del cerebro de forma temprana, utilizando por primera vez datos de humanos. La rapidez con la que esta dolencia mata a las células de estas zonas, mediante la producción de grupos de proteínas tóxicas, determina su velocidad de propagación.
La Gran Mancha Roja de Júpiter tiene más de 350 km de profundidad y los ciclones polares de este gigante gaseoso apenas cambian de posición con el tiempo. Esta semana se han presentado estos y otros hallazgos de la misión Juno de la NASA.
La medicación, que se tiene que administrar en un plazo de cuatro horas y media desde la aparición de los primeros síntomas, ha resultado ser eficaz para revertir la lesión cerebral en un paciente de 16 años. Un diagnóstico rápido de esta enfermedad es fundamental para minimizar las secuelas en los niños.