Por primera vez desde 2003, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos ha aprobado un medicamento para el tratamiento del alzhéimer. La decisión ha suscitado una gran polémica ya que no cuenta con grandes resultados probados.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha aprobado esta semana el fármaco Aduhelm (aducanumab) para el tratamiento de pacientes con la enfermedad de Alzheimer, la primera nueva terapia aceptada desde 2003.
Para ello, ha utilizado la vía de aprobación acelerada, que admite un medicamento para una enfermedad grave o potencialmente mortal que puede aportar un beneficio terapéutico significativo con respecto a los tratamientos existentes aun cuando sigue habiendo cierta incertidumbre sobre dicho beneficio clínico.
“Aduhelm es el primer tratamiento dirigido a la fisiopatología subyacente del alzhéimer, la presencia de placas de beta amiloide en el cerebro. Los ensayos clínicos fueron los primeros en demostrar que la reducción de estas placas podría conducir a una reducción del deterioro clínico de esta devastadora forma de demencia”, ha informado Patrizia Cavazzoni, directora del Centro de Evaluación e Investigación de Medicamentos de la FDA.
Somos conscientes de la atención que rodea a esta aprobación. Los datos eran muy complejos y dejaban dudas residuales sobre su beneficio clínico. Ha habido un considerable debate público sobre si Aduhelm debería ser aprobado
“Somos conscientes de la atención que rodea a esta aprobación. Los datos eran muy complejos y dejaban dudas residuales sobre su beneficio clínico. Ha habido un considerable debate público sobre si Aduhelm debería ser aprobado”, ha añadido.
Cavazzoni ha puntualizado que, para tomar la decisión, se solicitó la opinión de numerosos expertos y pacientes. “Al determinar que la solicitud cumplía los requisitos para la aprobación acelerada, la agencia llegó a la conclusión de que los beneficios de Aduhelm superaban los riesgos de la terapia”.
Según han compartido desde la agencia estadounidense, el desarrollo final de Aduhelm consistió en dos ensayos clínicos de fase 3. El primero cumplió el criterio de valoración principal al mostrar una reducción del deterioro clínico, pero el segundo ensayo no.
De hecho, el Comité Consultivo de Medicamentos para el Sistema Nervioso Central y Periférico, que se reunió en noviembre de 2020 para revisar los datos de los ensayos clínicos y discutir las pruebas de la solicitud de Aduhelm, no estuvo de acuerdo en que fuera razonable considerar el beneficio clínico del único ensayo exitoso como la principal evidencia que apoyara la aprobación.
Sin embargo, en todos los estudios en los que se evaluó “redujo de forma consistente y muy convincente el nivel de placas amiloides en el cerebro de forma dependiente a la dosis y el tiempo”. Por ello, los especialistas de la FDA confían en que la reducción de la placa amiloide se traduzca en una reducción del deterioro clínico.
La reacción de los especialistas no se ha hecho esperar. Tara Spires-Jones, del Instituto de Investigación de la Demencia de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), cree que si bien la aprobación es una gran noticia, la capacidad del fármaco para frenar el deterioro de la memoria es menos convincente.
“Este fármaco reduce la cantidad de placas amiloides en el cerebro, lo que se espera que ralentice la progresión de la enfermedad si se administra a personas en las primeras fases de la patología. Esto es muy emocionante para los científicos que intentan desarrollar tratamientos que realmente cambien la vida, pero aún queda mucho camino por recorrer”, opina.
Por su parte, Hilary Evans, directora ejecutiva del Centro para la Investigación del Alzheimer de Reino Unido, espera que esta decisión histórica tenga un impacto positivo inmediato en la búsqueda global de tratamientos eficaces contra la demencia: “El aducanumab solo es adecuado para la fase inicial de la enfermedad, por lo que mantener la inversión en la investigación sobre la demencia acelerará la búsqueda de tratamientos que cambien la vida de las personas afectadas, y en las fases posteriores de la enfermedad”.
A pesar de las dudas sobre la aprobación por la FDA, debemos celebrar los enormes avances que hemos tenido en las últimas décadas, adelantos hasta ahora ensombrecidos por los repetidos fracasos de los ensayos clínicos hasta ayer
En nuestro país, el Grupo de Estudio de la Neurología de la Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN) valora cómo la decisión ha sido adoptada tras intensos meses de debate y controversia, entre otros motivos porque Biogen (la compañía propietaria de la molécula) decidió no completar los estudios, tal como los había planificado.
“En cualquier caso, esta aprobación refleja el momento apasionante en el que nos encontramos en la investigación y lucha contra el alzhéimer y puede suponer un punto de inflexión. A pesar de las dudas sobre la aprobación por la FDA de aducanumab, debemos celebrar los enormes avances que hemos tenido en las últimas décadas, adelantos hasta ahora ensombrecidos por los repetidos fracasos de los ensayos clínicos hasta ayer”, han explicado desde la SEN en un comunicado.
“Esperamos que ayude a movilizar más recursos en la lucha contra la enfermedad, aunque quedan varias cuestiones cruciales por resolver. Además de los interrogantes mencionados en relación a la eficacia, hay pendientes puntos esenciales en relación a los criterios de selección, acceso al fármaco, preparación del sistema sanitario y su coste”, concluyen.
La FDA instituyó su Programa de Aprobación Acelerada para permitir una aprobación más temprana de los medicamentos que tratan enfermedades graves y que satisfacen una necesidad médica no cubierta. La aprobación se basa en un criterio de valoración clínico intermedio o sustitutivo (en este caso, la reducción de la placa amiloide en el cerebro).
Un criterio de valoración sustitutivo es un marcador, como una medición de laboratorio, una imagen radiográfica, un signo físico u otra medida considerada como ‘predictor’ del beneficio clínico, pero que no es en sí mismo una medida del beneficio clínico. “El uso de un criterio de valoración sustitutivo puede acortar considerablemente el tiempo necesario para recibir la aprobación”, insisten desde la FDA.
Eso sí, las empresas farmacéuticas están obligadas a realizar estudios posteriores a la aprobación para verificar el beneficio clínico previsto. Estos estudios se conocen como ensayos confirmatorios de fase 4. Si el ensayo de confirmación no verifica el beneficio clínico previsto del fármaco, la FDA cuenta con procedimientos reglamentarios que podrían llevar a retirar el fármaco del mercado.