Investigadores españoles demuestran que la exposición de las embarazadas a un compuesto químico, conocido como DDE, está asociada con un rápido aumento de peso del bebé durante los primeros seis meses de vida. Este incremento potencia el riesgo a padecer obesidad durante la infancia.
“El DDE (dicloro-difenil-dicloroetileno), un subproducto de la pesticida DDT (dicloro difenil tricloroetano), es un químico clasificado como ‘disruptor endocrino’. Estos compuestos son capaces de alterar el equilibrio hormonal de los organismos, y cambiar la actividad de las hormonas que regulan el almacenamiento de grasa en las células adiposas”, explica a SINC Michelle Méndez, autora principal e investigadora en el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona.
El estudio, publicado en la revista Environmental Health Perspectives, demuestra que la exposición de una madre a este compuesto químico durante el embarazo causa un rápido aumento de peso del bebé durante los primeros seis meses de vida, y de su índice de masa corporal (IMC) en la infancia, lo que puede incrementar su riesgo futuro a desarrollar obesidad y otras enfermedades metabólicas a largo plazo.
El equipo de investigación realizó un seguimiento a 657 mujeres –residentes en Sabadell (Barcelona) y reclutadas entre 2004 y 2006- durante los primeros dos meses de embarazo. Realizaron también un control de los bebés hasta que cumplieron los dos años. “Los que tenían un patrón de crecimiento rápido tenían cinco veces más riego de tener sobrepeso a los 14 meses”, apunta Méndez.
Aunque los bebés con un crecimiento rápido pesaban cerca de 300 gramos menos que el resto al nacer, a los seis meses contaban con un peso más elevado que la media (891 gramos superior). Los altos niveles de DDE en las madres provocaron que sus bebés tuvieran el doble riesgo de padecer un crecimiento acelerado durante los primeros seis meses de vida, así como de tener un IMC alto a los 14 meses.
Compuestos químicos en el entorno
El DDE está presente en el medio ambiente, sobre todo cerca de zonas donde alguna vez en el pasado se aplicó el pesticida DDT. Aunque su uso está prohibido desde 1977 en España y limitado en muchos países, su degradación es muy lenta y continúa presente en el ambiente. El DDE también se acumula en algunos alimentos como carnes, pescados y verduras de raíz o de hoja.
Los investigadores creen necesario realizar más estudios sobre la exposición prenatal a esta clase de compuesto y sobre el riesgo de desarrollar obesidad de los bebés para saber si estas asociaciones son causales.
En el caso de los niños con obesidad, “esperamos que la modificación en el contenido de grasa en la dieta o el aumento de la actividad física sean algunos de los comportamientos que puedan ayudar a reducir su peso”, señala Méndez. Sin embargo, “todavía se debe evaluar el papel que podrían desempeñar factores como la dieta postnatal”, concluye.
Referencia bibliográfica:
Michelle A. Mendez, Raquel Garcia-Esteban, Mónica Guxens, Martine Vrijheid, Manolis Kogevinas, Fernando Goñi, Silvia Fochs, Jordi Sunyer. “Prenatal Organochlorine Compound Exposure, Rapid Weight Gain, and Overweight in Infancy”. Environmental Health Perspectives, vol. 119, núm. 2, febrero de 2011. doi:10.1289/ehp.1002169
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