Investigadores de la Universidad de Huelva han desarrollado diferentes técnicas analíticas que permiten detectar componentes tóxicos cuando se encuentran en pequeñas cantidades, protegiendo de esta forma la salud de las personas que los consumen. Además, permiten su posible inclusión rutinaria como método sencillo, económico y rentable dentro de las empresas dedicadas al control de calidad alimentaria.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Jaén han creado un sensor automático de bajo coste que detecta bisfenol A (BPA), un compuesto químico procedente del plástico, en muestras de leche. Diversos estudios han desmostrado que la exposición a esta sustancia produce alteraciones hormonales e influye en el sistema cardiovascular y reproductor.
Todos los tipos de quesos están formados por unos elementos volátiles que, analizados, proporcionan información sobre su correcta o incorrecta composición. Sin embargo, su transformación espontánea en vapor dificulta la medición. Ahora, investigadores de la UNED han participado en el desarrollo de un nuevo método que analiza de forma rápida y sencilla estos elementos en el queso de leche de oveja.
Avelino Corma (Moncofa-Castellón, 1951) es el químico español más citado en las publicaciones científicas. Este investigador del Instituto de Tecnología Química (ITQ, centro mixto CSIC-Universidad Politécnica de Valencia) ha recibido este año la Medalla de Oro de la Década por sus investigaciones e innovaciones en química, un trabajo que ahora comenta con SINC.
El químico Avelino Corma.
Las primeras estrellas tenían una masa ocho veces superior a la del astro Sol. Imagen: NASA
Investigadores españoles demuestran que la exposición de las embarazadas a un compuesto químico, conocido como DDE, está asociada con un rápido aumento de peso del bebé durante los primeros seis meses de vida. Este incremento potencia el riesgo a padecer obesidad durante la infancia.
La química María Felisa Laresgoiti ha comprobado las posibilidades de la pirólisis (descomposición de un compuesto por acción del calor y sin oxígeno) para recuperar parte del gasto energético y material de la fabricación de neumáticos, así como para solucionar el problema de su eliminación. Con esté método se pueden descomponer los neumáticos y reutilizar sus componentes. Los resultados los acaba de presentar en una tésis en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).
Las cafeterías y la Escuela de Hostelería del campus de Leioa utilizan litros y litros de aceite, ya que son muchos los alumnos, investigadores, profesores y trabajadores del PAS que comen allí. Actualmente, un camión se lleva todo el residuo. Sin embargo, unos profesores de Química han probado que en la misma universidad se le podría sacar provecho, ya que han conseguido producir biodiesel a partir de este aceite. Según explica la profesora Eneritz Anakabe, “hemos demostrado que a pequeña escala se puede hacer, que se puede lograr biodiesel de manera sencilla partiendo de este aceite”.
Un estudio realizado por investigadores de AZTI-Tecnalia demuestra que existe un riesgo de clasificación errónea de las masas de agua, si en la evaluación del Estado Químico únicamente se incluyen las aguas. Según los científicos, la evaluación de la calidad de las aguas superficiales sería más precisa si integrara datos de aguas y sedimentos. Además evitaría el aumento "innecesario" de los costes de recuperación de la zona de estudio que no es proporcionada a la mejoría ecológica que se puede obtener.