Un nuevo estudio revela conexiones entre los disruptores endocrinos a los que pueden haber estado expuestas las mujeres embarazadas y las trayectorias en el índice de masa corporal (IMC) de sus hijos e hijas. La exposición prenatal a algunas sustancias químicas ambientales se vincula a un aumento acelerado del Índice de Masa Corporal (IMC) desde el nacimiento hasta los nueve años de edad.
Un estudio de la Universidad de Barcelona muestra cómo un mayor número de comidas diarias se asocia con un menor índice de masa corporal y un mejor funcionamiento del reloj circadiano.
Un estudio con más de 1.200 niños y niñas de tres ciudades españolas analiza el avance del índice de masa corporal desde el nacimiento hasta los cuatro años, y su relación con la función pulmonar tres años más tarde.
El ‘eating jet lag’ o irregularidad en los horarios de las comidas durante los fines de semana está asociado a un mayor índice de masa corporal, indicador de un peso saludable. Los resultados muestran que el mayor efecto sobre este marcador se produce a partir de 3,5 horas de diferencia horaria con respecto al resto de días de la semana.
El índice de masa corporal está dejando de ser utilizado para calcular el peso ideal en favor de un nuevo indicador, denominado ABSI, que tiene en cuenta otro parámetro muy importante: la circunferencia de la cintura. Investigadores españoles han demostrado que esta segunda opción también está relacionada con la rigidez arterial del paciente.
El número de niños y adolescentes obesos en todo el mundo ha crecido desde los 11 millones en 1975 a 124 millones en 2016, según un estudio dirigido por el Imperial College de Londres y la Organización Mundial de la Salud. Si las tendencias actuales continúan, el trabajo publicado hoy en The Lancet revela que en 2022 habrá más jóvenes con obesidad que con bajo peso.
Científicos de la Universidad de Granada han coordinado un estudio que determina cómo la obesidad se trata de un exceso de peso corporal para una altura dada, y no solo exceso de grasa corporal, como se creía hasta ahora. Los autores han analizado datos de más de 60.000 personas en todo el mundo, seguidas durante un promedio de 15 años.
Un equipo de investigadores del Reino Unido ha encontrado una fuerte corrrelación que confirma estereotipos: poseer una estatura más baja en varones o un índice de masa corporal alto en mujeres supone menores probabilidades de éxito en la vida, entre ellas, menores ingresos. Para llegar a estas conclusiones, han analizado los datos genéticos y socioeconómicos de 120.000 personas.
Investigadores españoles demuestran que la exposición de las embarazadas a un compuesto químico, conocido como DDE, está asociada con un rápido aumento de peso del bebé durante los primeros seis meses de vida. Este incremento potencia el riesgo a padecer obesidad durante la infancia.