Cuarenta científicos de la Sociedad Ibérica de Micología salieron a hacer un estudio de campo en Aragón en el mes de septiembre de 2018. El trabajo de tres jornadas dio como resultado el hallazgo de 103 especies de hongos sin citas previas en Aragón, quince sin citas ibéricas y once especies nuevas para la ciencia.
Unas lluvias estables combinadas con temperaturas más cálidas alargarían la temporada de setas sin comprometer la producción. Así lo revela un estudio que ha contemplado diferentes escenarios climáticos para los próximos 100 años en la zona del Paraje Natural de Interés Nacional de Poblet. Según los científicos, la falta de gestión de los bosques y sus cambios de uso podrían ser los verdaderos peligros para las setas.
Cuando las setas se hierven o fríen se reduce su valor nutritivo y capacidad antioxidante, pero si se cocinan a la plancha o al microondas apenas pierden nutrientes y mejora su actividad antioxidante. Así lo revelan los análisis de las cuatro especies de hongos más consumidas en el mundo tras someterlas a diferentes tratamientos culinarios.
Según un estudio del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña, un 77% de la población catalana aceptaría algún mecanismo de pago para regular la recolección de setas, siempre y cuando los beneficios se reinviertan en los bosques. Regular esta práctica puede favorecer una gestión forestal sostenible a la vez que puede aliviar las crecientes tensiones entre recolectores y propietarios.
Un estudio coordinado por investigadores del Campus de Palencia de la Universidad de Valladolid busca conservar la biodiversidad de los de jarales de Cistus ladanifer, conseguir su aprovechamiento sostenible y evitar los incendios descontrolados. Los investigadores han desarrollado modelos matemáticos que permiten predecir qué producción de Boletus pueden tener estos jarales.
Un estudio del Max Planck Institute y la Universidad de Valencia ha detectado la primera evidencia del consumo humano de setas. Los autores han explorado la dieta mediante el análisis de cálculos dentales de individuos del Paleolítico superior europeo en el yacimiento cántabro de El Mirón. Los análisis han detectado un gran abanico de microrrestos de origen vegetal, fúngico, animal y mineral atrapados en los cálculos dentales en vida, que aportan información muy valiosa sobre la alimentación en aquella época.
Con una bombona de butano y un viejo aire acondicionado, Antonio Trescastro construyó su primera liofilizadora. Eso fue hace 18 años. Hoy este autodidacta compagina su trabajo de técnico de mantenimiento del CSIC en la Estación Experimental del Zaidín en Granada con la divulgación de la ciencia, y dedica su tiempo libre a mejorar su museo, único en el mundo, de setas liofilizadas gracias a una técnica de deshidratación por frío. También ha desecado frutas y verduras, insectos, crustáceos e incluso el corazón de un cerdo.
Innumerables veces M. Teresa Tellería se ha enfrentado a la misma situación: “¿A qué te dedicas?”, le pregunta alguien. “Soy micóloga”, responde ella. Inmediatamente, esta investigadora del CSIC anticipa con inquietud la siguiente pregunta: “¿Y eso para qué sirve?” Entonces Tellería recurre a una frase que leyó hace tiempo en un libro cuyo título no recuerda: “La ciencia es un edificio que se construye con la aportación de muchos pero con el nombre de unos pocos para recordarlos más fácilmente”. Ella estudia los hongos, unos organismos que no pertenecen al reino vegetal ni al animal, sino que tienen uno propio: el reino Fungi.
Investigadores del País Vasco, en colaboración con el Real Jardín Botánico y el Instituto Forestal de Eslovenia, describían dos nuevas especies de Hydnum –llamadas vulgarmente lenguas de buey–. Este género es conocido porque muchos de sus hongos son comestibles. / Olariaga Ibarguren.
Investigadores del País Vasco, en colaboración con el Real Jardín Botánico y el Instituto Forestal de Eslovenia, describen en un estudio que publica la revista Mycologia dos nuevas especies de Hydnum –llamadas vulgarmente lenguas de buey–. Este género es conocido porque muchos de sus hongos son comestibles.