Un equipo del Centro Nacional de Microbiología ha utilizado muestras de pacientes con COVID-19 de diferentes comunidades autónomas para secuenciar el genoma del SARS-CoV-2. El estudio permite identificar mejor las distintas secuencias del virus en España, analizar su comportamiento y comprender mejor su difusión.
La Organización Mundial de la Salud ha iniciado un megaestudio que involucra ya a diez países y que incluirá miles de pacientes para probar cuatro tratamientos. El diseño prima ante todo la velocidad y se espera tener resultados en un mes. El análisis de los datos será crucial para no confundir urgencia con precipitación.
Investigadores de distintos centros del CSIC están empleando la técnica de impresión 3D o fabricación aditiva para producir elementos de protección para los hospitales de Madrid. Ya se tiene listo un envío de 50 pantallas.
Dos estudios en pacientes hospitalizados buscan frenar el desarrollo de la fase inmunológica, responsable de que sea necesario utilizar soporte ventilatorio avanzado e ingreso en UCI.
A diferencia de la técnica de PCR que se utiliza para el diagnóstico de la COVID-19 y que tarda varias horas, los test rápidos son capaces de dar un resultado en 15 minutos. Entre ellos, se encuentran los que detectan proteínas del virus y los que reconocen los anticuerpos que genera el organismo para defenderse.
La Comunidad de Madrid está explorando la posibilidad de utilizar plasma sanguíneo de sangre de personas que se hayan recuperado del coronavirus para obtener plasma hiperinmune que permita tratar a los pacientes en estado crítico. Si la idea se consolida, se sumaría a la estrategia de EE UU, que ha aprobado el uso de este método centenario utilizado en epidemias antes de que existieran las vacunas.
Esta científica ha evaluado en la revista médica The Lancet los puntos de la Sanidad española que el coronavirus pondrá a prueba y las lecciones que ya se pueden sacar de la experiencia. Insiste en que una vez pase esta crisis será fundamental estudiar lo que se hizo bien y mal, pero ahora “no se debe permitir que los políticos exploten la situación en su beneficio”.
El 85 % de los pacientes críticos con COVID-19 presentan linfopenia, es decir, un número bajo de las células de defensa, que se asocia a una neumonía grave. Ahora, un estudio español propone utilizar esto como marcador para predecir qué casos serán más graves y poder usar de manera más eficiente las UCIS.
Los últimos estudios indican que los casos más graves de COVID-19 se deben a una respuesta excesiva del sistema inmunitario. Investigar el despliegue de este ejército celular en cada fase de la infección puede ayudar a hacer pronósticos y tomar decisiones. En hospitales españoles ya se usa una molécula para determinar en quiénes puede ser efectivo un fármaco que frenaría la progresión de la enfermedad.
El grupo de investigación que lidera el bioinformático es uno de los seleccionados por la Comisión Europea para encontrar con urgencia posibles fármacos contra la COVID-19 a través del superordenador más potente de España.