El SARS-CoV-2 es un ejemplo extremo del misterio de la infección: puede matar a algunos y pasar desapercibido para otros. Explicamos los factores que influyen en el riesgo de cada persona, desde la edad y la inmunidad hasta la genética y el ambiente, pasando por la carga viral y el gran cajón de las patologías previas.
Si he superado la COVID-19, ¿soy ya inmune? ¿Puedo dar besos sin miedo a contagiar? Responder con certeza todavía no es posible y menos aún con una prueba rápida. Ni todas informan de lo mismo ni son igual de fiables. Aún está lejos el día en que cualquiera pueda saber con un pinchazo si tiene defensas permanentes contra el virus y no puede contagiarlo.
Ya hay 150 secuencias de SARS-CoV-2 de pacientes en España. La más antigua se obtuvo de un paciente el 25 de febrero, en Madrid. El 26 se tomó otra muestra en Valencia. Comparando estas y otros centenares se sabrá no solo cómo llegó el virus, sino si funcionan las medidas de contención o si el virus se está volviendo más agresivo. Por ahora no se ve cambio alguno.
Los ensayos clínicos de provocación con vacunas son estudios experimentales de infección en humanos que han generado conocimientos científicos muy valiosos. Investigan si una hipotética vacuna protege a voluntarios frente a la infección provocada de forma controlada. Ahora, tres investigadores plantean su uso para investigar la eficacia y seguridad de vacunas frente al SARS-CoV-2. El debate ético está sobre la mesa.
Los proyectos, seleccionados y aprobados para su financiación por el Instituto de Salud Carlos III, evaluarán tratamientos antivirales, test diagnósticos con nanotecnología, reposicionamiento de fármacos utilizados en otras indicaciones y prevención farmacológica en personas sin infección por coronavirus.
Preguntarse si está vivo un virus que ha infectado a más de un millón de personas en todo el mundo y matado a decenas de miles parece un poco absurdo, pero los científicos no se ponen de acuerdo. Algunos consideran que este ‘robot’ de ARN y proteínas no es un ser vivo, porque solo puede prosperar gracias a células como las nuestras, pero otros piensan que sí. El debate sigue abierto.
Un estudio con nueve pacientes con síntomas leves publicado esta semana en Nature analiza la replicación del coronavirus en el tracto respiratorio superior. Los resultados muestran que se alcanzan concentraciones muy altas con rapidez en la garganta. Los investigadores consideran que esto puede explicar la pérdida de olfato y gusto por parte de algunos infectados. También consideran que sus datos “justifican” estrategias protectoras como las mascarillas.
Investigadores españoles han desarrollado un simulador informático que recrea la propagación de la COVID-19 en Europa. Para el caso de España, los resultados iniciales apuntan que las personas infectadas superan los tres millones, incluyendo las asintomáticas, pero podrían llegar a 14 millones durante una segunda ola si no se tomaran medidas de distanciamiento.
Científicos de la Universidad Pittsburg en EE UU han anunciado una posible vacuna contra el nuevo coronavirus. En forma de parche con microagujas y por ahora testeada únicamente en roedores, permite producir anticuerpos específicos para el SARS-CoV-2. Ahora deberán solicitar el permiso para iniciar el ensayo en humanos.
Investigadores del Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología y otros centros europeos fabricarán un dispositivo biosensor para analizar en menos de 30 minutos la presencia del nuevo coronavirus en muestras de pacientes. El proyecto, denominado CoNVat, toma lo mejor de los sistemas de diagnóstico actuales, como las pruebas PCR y los test rápidos.