El virus que provoca la COVID-19 se transmite a través de las gotitas respiratorias que expulsa una persona infectada al toser o estornudar a menos de un metro, pero no por las partículas suspendidas en el aire, salvo en casos muy específicos durante los tratamientos hospitalarios. Así lo recoge un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud.
En comparación con marzo del año pasado, las últimas observaciones del satélite europeo Sentinel-5P muestran un acusado descenso en las concentraciones de dióxido de nitrógeno en grandes ciudades europeas como Madrid, Barcelona, París y Milán. Las medidas de contención para frenar la pandemia de COVID-19 están produciendo este efecto temporal positivo.
Ya no cabe ninguna duda de la importancia de estar siempre conectados. Si tras tantos días de confinamiento, podemos mantener la cordura es porque internet nos permite seguir en contacto, entretenidos y manteniendo nuestros vínculos sociales. La fuerte presión sobre el sistema es un escenario inédito. Lo bueno es que ya estábamos preparados para la llegada de este pico de datos, pues se esperaba que la red 5G duplicara el tráfico.
Investigadores de distintos centros del CSIC están empleando la técnica de impresión 3D o fabricación aditiva para producir elementos de protección para los hospitales de Madrid. Ya se tiene listo un envío de 50 pantallas.
La información del territorio que facilita la tecnología láser desde un avión se puede combinar con datos recogidos en lagunas de montaña con una barca hinchable y una pequeña ecosonda para obtener mapas tridimensionales. El sistema lo han probado con éxito dos geólogos en el lago glaciar de Truchillas, en León.