Un equipo de científicos afirma que el fósil de un cráneo descubierto en la década de 1930 en la provincia de Heilongjiang es de una posible nueva especie de homínidos, bautizada como 'Hombre dragón”. Los autores sugieren que es uno de los parientes homínidos más cercanos a los H. sapiens, incluso más que los neandertales.
Una bóveda craneal parcial y una mandíbula con parte de la dentición, halladas en Israel junto con restos de animales y herramientas, han llevado a los científicos hasta un nuevo tipo de Homo. Lo han denominado Nesher Ramla, como el lugar donde fue hallado.
Un equipo internacional de científicos, con participación española, ha analizado restos dentales de neandertales, humanos modernos y otros primates hasta identificar diez tipos de bacterias que se han mantenido entre nosotros durante más de 40 millones de años.
La secuenciación del genoma de más de 300 personas de la región del Pacífico revela cómo comenzaron a colonizar Oceanía hace unos 45.000 años. En el camino, desde África y atravesando Eurasia, se cruzaron con otras especies humanas que dejaron mutaciones y adaptaciones inmunitarias útiles para sobrevivir en entornos isleños.
La secuenciación de los genomas de los humanos más antiguos de Europa hallados en una cueva búlgara, así como los de una mujer en República Checa, confirman en dos estudios las estrechas interacciones de sus poblaciones. Los resultados reflejan lo tumultuosa que fue la historia temprana de los humanos modernos en Europa.
La respuesta a esta pregunta ha intrigado a los paleoantropólogos desde hace décadas. Pero gracias a la reconstrucción de las capacidades auditivas de fósiles neandertales, los científicos tienen ahora la prueba de que los humanos modernos no hemos sido los únicos en poder hablar.
Durante décadas la comunidad científica ha tratado de establecer si hubo alguna otra especie humana, diferente a la nuestra, que también dispusiera de lenguaje. Ahora un equipo de investigadores españoles ha reconstruido por primera vez la audición de los neandertales y ha encontrado la prueba de que hablaban.
Un equipo liderado por la Universidad de Kent en Reino Unido, que ha analizado restos neandertales custodiados por varios museos, asegura que eran capaces de utilizar agarres de potencia. Esto implica que adaptaron sus pulgares para sostener herramientas de la misma manera que cogemos un martillo, entre los dedos y la palma de la mano, con la fuerza de dirección del pulgar.
La caja torácica de los neonatos neandertales, similar a la de los adultos, estaba determinada genéticamente y no era fruto del desarrollo, según revela una investigación liderada por españoles. Según el estudio, este condicionamiento tendría un significado evolutivo, ya que habría sido “heredado” de especies anteriores como el Homo erectus.
Un equipo, con participación española, ha analizado las secuencias genéticas del cromosoma Y de neandertales y denisovanos, estrechamente relacionados evolutivamente con los primeros. Los resultados revelan, sin embargo, mayor similitud genética entre los neandertales y los humanos modernos, lo que deja a los denisovanos como un linaje de una raíz más antigua para este marcador genético.