El hallazgo en una cueva búlgara de un molar y cuatro pequeños fragmentos óseos humanos, así como miles de huesos animales y un conjunto de piedras, herramientas y adornos de hueso, ratifican la presencia en Europa del Homo sapiens hace 45.000 años. Estos fósiles son la evidencia más antigua y directa de la llegada de los humanos modernos al continente.
Hace entre 52.000 y 41.000, años los neandertales elaboraron una cuerda con tres haces de fibras retorcidas que enrollaron a una pieza lítica a modo de mango o red. El descubrimiento en Francia de este fragmento de seis milímetros de largo se convierte en la evidencia directa más antigua de tecnología basada en la utilización de fibras naturales para obtener hilos y elaborar objetos.
Los neandertales no solo fueron cazadores-recolectores, también fueron pescadores. Los restos hallados en una cueva de Portugal confirman que la pesca y el marisqueo contribuyeron a su subsistencia. Hasta ahora, existía poca evidencia de que estas prácticas fuesen habituales en estas poblaciones.
Un nuevo estudio resuelve una discrepancia que indicaba que neandertales y denisovanos se separaron hace 381.000 años. El nuevo modelo muestra que los neandertales ya eran distintos de los denisovanos hace 600.000 años y que, antes de separarse, sus ancestros, denominados 'neandersovanos', tuvieron sexo con una población de homininos superarcaicos hace unos 700.000 años.
Hace más de 70 años se descubrieron decenas de conchas en una cueva italiana que se asociaron a un grupo de neandertales que las usaban como herramientas. Ahora un estudio revela que estos humanos no solo las cogían de la playa, sino que se sumergían hasta cuatro metros en el mar para recolectarlas.
Por primera vez han aparecido en la Península restos de la elaboración de un colgante ornamental con garras de águila de época neandertal, con 39.000 años de antigüedad. Este uso de las garras de águila como adornos podría haberse transmitido culturalmente de los neandertales a los humanos modernos.
Los denisovanos siguen siendo un misterio para los científicos por los escasos restos fósiles encontrados de esta población humana que vivió en Siberia y Asia oriental hace más de 50.000 años. Un equipo de científicos, con participación española, proporciona ahora la reconstrucción del aspecto físico de estos homínidos gracias a un novedoso método a partir del análisis genómico de la falange de un meñique.
Este año se han cumplido 110 años desde el descubrimiento de la presencia de restos prehistóricos en el yacimiento neandertal Abric Romaní (Capellades, Barcelona) y 36 desde que se reanudaron los trabajos programados en campaña anual. En esta campaña, los trabajos se han centrado en destapar el nivel R, de 60.000 años de antigüedad, donde se han podido documentar abundantes negativos de madera o moldes.
Una patología habitual en las personas que practican deportes acuáticos es la exóstosis, una dolencia que se localiza en el oído externo y se produce por la exposición continuada al agua y al viento. Un análisis de 77 fósiles humanos indica que esta dolencia, también conocida como oído de surfista, era común en los neandertales.
La reconstrucción y análisis de un cráneo fósil, hallado en una cueva griega, revela que los humanos modernos habitaron al sureste de Europa hace 210.000 años, lo que podría demostrar que la salida de África del Homo sapiens se produjo antes de lo que se pensaba. En el mismo yacimiento los científicos han encontrado también un cráneo neandertal de un individuo que vivió hace 170.000 años.