Los humanos modernos se expandieron hacia el noroeste de Europa antes de lo que se pensaba, siendo coetáneos de los neandertales que miles de años después desaparecerían en el suroeste. El Homo sapiens se adaptó bien al frío, en un ambiente muy similar al de la actual estepa rusa, y entre su dieta destacaba la carne de reno, lobo y caballo.
Hace 10.000 años, los primeros agricultores procedentes de Anatolia disminuyeron los niveles de ascendencia neandertal europea. Este es el principal hallazgo de un estudio genómico de la Universidad de Ginebra, en Suiza, que explica por qué en esta zona hay menos rastro de la especie extinta que en el este de Asia en la actualidad.
Científicos del instituto IPHES, la Universidad de Barcelona, el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) y otros centros han dado a conocer 54 restos neandertales correspondientes al menos a tres individuos: una mujer, un joven y un niño.
Durante la campaña de este año en el yacimiento Abric Romaní en Cataluña se han recuperado más de 1.000 restos, entre herramientas de piedra, animales y hogares.
La campaña de excavación en la Cova de les Teixoneres ha permitido recuperar dos fragmentos de cráneo de un neandertal juvenil de 52.000 años de antigüedad. Con estos restos son al menos cuatro los individuos de distintas edades recuperados en el yacimiento. Los estudios efectuados hasta ahora apuntan a que los cadáveres fueron procesados y posiblemente consumidos por sus congéneres.
Hasta el 30 % de los hombres noruegos mayores de 60 años padecen la contractura de Dupuytren, que consiste en que los dedos se bloquean en posición doblada. Un equipo científico internacional ha utilizado datos de más de 7.000 individuos con esta enfermedad para buscar factores genéticos de riesgo.
Un estudio internacional dirigido por la University College de Londres ha identificado un rasgo que pudo ayudar a nuestros antepasados a adaptarse a climas más fríos, por lo que habría sido una ventaja en la selección natural.
Investigadores alemanes han reconstruido productos naturales microbianos de hasta 100.000 años de antigüedad a partir del sarro dental de humanos primitivos y neandertales. Los restos de la llamada ‘Dama Roja’, encontrados en un yacimiento cántabro con un microbioma oral muy bien conservado, han tenido un papel clave en la investigación.
Se trata de la segunda especie de cérvido desconocida que ha sido descrita recientemente en yacimientos de Madrid. El animal fue contemporáneo de poblaciones humanas anteriores a los neandertales, y todo apunta a que fue cazado y consumido por ellos.
Un estudio liderado por la Universidad Sapienza de Roma, con participación del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, ha conseguido describir virtualmente el cráneo de uno de los fósiles neandertales más enigmáticos del mundo, hallado en la cueva de Lamalunga, al sur de Italia.