Cada año el Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago (EE UU) compuesto, entre otros, por científicos galardonados con el premio Nobel, adelantan, retrasan o mantienen los minutos del Reloj del Apocalipsis, indicador de la vulnerabilidad del mundo frente a las amenazas del cambio climático y de las armas nucleares. Este año, los expertos adelantan la hora y nos sitúan a tres minutos de la “medianoche”, es decir, del Apocalipsis.
Desde 1984, el Reloj del Apocalipsis, fundado en 1947, no se había encontrado tan cerca del “fin del mundo”. En aquel momento, las relaciones entre EE UU y la Unión Soviética en la conocida Guerra Fría influyeron en alcanzar esa “hora”, que no se había aproximado tanto a la catástrofe desde las primeras pruebas de la bomba nuclear de fusión.
Pero ahora, en 2015, el panorama vuelve a ser dramático, según los 17 premios Nobel y otros científicos de renombre que asesoran al Boletín. “Un cambio climático desenfrenado, la modernización global de las armas nucleares, y los enormes arsenales atómicos plantean extraordinarias e innegables amenazas a la continuidad de la humanidad”, alertan en un comunicado en su página web.
Según estos científicos, los líderes políticos –a quienes va dirigido este mensaje– han fracasado en su intento de actuar con celeridad o al nivel necesario para proteger a los ciudadanos de una posible catástrofe. “Estos fracasos del liderazgo político ponen en peligro a cada persona sobre la Tierra”, advierten.
“La amenaza es seria, el tiempo limitado”
El Reloj se sitúa ahora dos minutos más cerca de la catástrofe que en 2014: “La situación del mundo está amenazando de manera extrema a la humanidad”. El hecho de que el año 2014 haya sido el año más caluroso en más de 134 años de registros, y que, a finales del siglo, el calentamiento global alcanzará un aumento de entre tres y ocho grados –según el Panel Intergubernamental del Cambio Climático, IPCC–, son factores determinantes para rozar el desastre.
Ante la ausencia de un cambio de rumbo y de esfuerzos insuficientes para prevenir el calentamiento de la Tierra, “los países del mundo habrán emitido suficiente CO2 y otros gases de efecto invernadero para finales del siglo XXI para transformar profundamente el clima del planeta, afectando a millones de personas y amenazando sistemas ecológicos clave de los que dependen la civilización”, informan los miembros del Boletín.
A esto se añade la amenaza nuclear con un proceso de desarme que se ha estancado. EE UU y Rusia se han embarcado en programas masivos de modernización de sus depósitos atómicos y de otras armas nucleares. A ellos se unen otros países como Reino Unido, Francia y China.
Con el escenario de 2015, el Reloj parece obligado a sumar minutos. “La probabilidad de una catástrofe global es muy alta, y las acciones necesarias para reducir los riesgos del desastre deben tomarse muy pronto”, concluyen los investigadores.