Los embriones de humanos y ratones no crecen al mismo ritmo debido a la tasa de producción y eliminación de las proteínas celulares, más rápidas en el caso de las células de ratón. Este hallazgo, publicado en la revista Science, podría ayudar a comprender la evolución de los mamíferos y mejorar los métodos de la medicina regenerativa.
Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares ha demostrado la existencia de un reloj inmunitario que coordina los ciclos día/noche con la actividad de un tipo de leucocito denominado neutrófilo. Los neutrófilos son la principal línea de defensa del organismo, pero también son capaces de causar daño a las células sanas y al sistema cardiovascular.
De acuerdo al Tiempo Universal Coordinado (UTC), el estándar por el que se rigen los relojes y el tiempo en el mundo, un día tiene 86.400 segundos. Sin embargo, este martes 30 de junio (aunque en la península ibérica ya serán las 2 de la madrugada del 1 de julio), durará un segundo más de lo habitual. Una ligera desaceleración en la rotación de la Tierra está detrás de este segundo extra.
Cada año el Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago (EE UU) compuesto, entre otros, por científicos galardonados con el premio Nobel, adelantan, retrasan o mantienen los minutos del Reloj del Apocalipsis, indicador de la vulnerabilidad del mundo frente a las amenazas del cambio climático y de las armas nucleares. Este año, los expertos adelantan la hora y nos sitúan a tres minutos de la “medianoche”, es decir, del Apocalipsis.
Una nueva investigación revela el papel del ritmo circadiano (el reloj biológico diario) en la capacidad regenerativa de las células madre de la piel. La perturbación de este ritmo provoca el envejecimiento prematuro del tejido y una mayor predisposición a desarrollar tumores de piel. Los resultados revelan que el restablecimiento de un reloj biológico adecuado aumentaría la capacidad regenerativa del tejido a largo plazo.
Phreatichthys andruzzii del oasis de Bud Bud, en el centro del desierto de Somalia (África). Imagen: Saulo Bambi / Plos Biology (c)
Muchas especies de peces han evolucionado en grutas sin luz solar y comparten un conjunto de adaptaciones singulares, como la pérdida de los ojos. Un nuevo estudio revela que el Phreatichthys andruzzii, un pez ciego de Somalia (África), posee un reloj circadiano que se rige por un periodo extremadamente largo (hasta 47 horas), y que se acelera con la temperatura.
El estudio, realizado por investigadores del Laboratorio de Cronobiología ha estudiado el registro ambulatorio de los ritmos circadianos humanos, un tema de gran trascendencia en la clínica, ya que permite estudiar entre otras cosas, el ritmo de sueño-vigilia sin utilizar polisomnografía.