Investigadores japoneses han confirmado que las células esofágicas sufren mutaciones tumorales a medida que envejecemos. El estudio también demuestra que el consumo de alcohol y tabaco aumenta estas mutaciones y, por tanto, multiplica las probabilidades de desarrollar cáncer de esófago.
Investigadores de la Universidad Pompeu Fabra han demostrado en ratones que el tratamiento con antiinflamatorios puede revertir las alteraciones cognitivas asociadas al abandono del tabaco, entre ellas, los déficits en la atención y los problemas de memoria.
Entre las poblaciones nativas del oeste norteamericano el tabaquismo va en aumento. ¿Cuándo empezaron a fumar sus antepasados? El análisis de pipas antiguas revela que ya fumaban tabaco antes de que los europeos introdujeran variedades domesticadas en el siglo XVIII.
Según las últimas encuestas, el 36% de los estadounidenses niega que la acción humana sea la causa del calentamiento global, una base suficiente para que el presidente Donald Trump se sienta animado a romper los pactos de lucha contra el cambio climático. Mercaderes de la duda se remonta a los ardides empleados en refutar el efecto cancerígeno del tabaco, matriz de todas las campañas de desinformación posteriores.
El vapor del cigarrillo electrónico aumenta la producción de químicos inflamatorios y desactiva las células protectoras, que mantienen los espacios libres de partículas potencialmente dañinas. Estos son los resultados de un estudio experimental, publicado en la revista Thorax.
La Organización Mundial de la Salud ha publicado un informe sobre las cifras del tabaco en el mundo. Aunque su consumo ha disminuido desde el año 2000, esta reducción es escasa para proteger a las personas de enfermedades cardiovasculares y otras patologías no transmisibles. En España, a principios de siglo fumaba un 36,9% de la población adulta, cifra que en 2025 se espera que esté en torno al 20,7%.
Un estudio de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer revela nuevas evidencias sobre la relación entre obesidad y hábito tabáquico a partir de datos genéticos. Los resultados, publicados en el British Medical Journal, indican que una mayor adiposidad aumenta el consumo de cigarrillos.
En el año 2000, tras décadas de negación, Philip Morris reconoció el poder adictivo de la nicotina y se dedicó a crear productos bajos en esta sustancia. Sin embargo, un análisis de archivos secretos revela que la empresa era conocedora de los factores psicológicos, sociales y ambientales asociados al tabaquismo, y les otorgaba tanta importancia como a la nicotina.
Encarecer el tabaco mejoraría la calidad de vida de las personas menos privilegiadas. Así concluye un estudio que determina cómo un aumento drástico en el precio de los cigarros podría no solo reducir el número de muertes asociadas, sino también combatir la pobreza. Según la Organización Mundial de la Salud, casi el 80% de los más de mil millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos bajos o medios.