Sanidad ha advertido que los estudios difundidos sobre posibles efectos beneficiosos del tabaco en la COVID-19 son muy preliminares y no tienen en cuenta los daños de la nicotina y el humo en las vías respiratorias de las personas fumadoras y en su sistema inmunitario. Por el contrario, sí existen investigaciones que demuestran cómo fumar conlleva un riesgo 133 veces mayor de desarrollar una forma grave de sus síntomas.
Una nueva investigación revela que las enfermedades cardiovasculares aumentadas por el tabaquismo están presentes en más del 30 % de las víctimas mortales por coronavirus. Los autores piden datos sobre este hábito en las personas afectadas y aconsejan que se prohíba la venta de tabaco durante la pandemia.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica afecta a casi el 12 % de la población española mayor de 40 años. Causada principalmente por el consumo de tabaco, la gran asignatura pendiente sigue siendo su diagnóstico. Los expertos alertan: si tiene los síntomas, deje de fumar y revise su aparato respiratorio.
Dejar de fumar a cualquier edad reduce el riesgo de cáncer de pulmón. Un estudio pionero revela cómo células de las vías respiratorias de exfumadores poseen niveles de mutación similares a los encontrados en los no fumadores, y muy por debajo de los que todavía consumen tabaco.
La OMS ha hecho público un nuevo informe que apunta el incremento de incidentes tras una intervención quirúrgica en las personas fumadoras, así como la reducción de las mismas al dejar de fumar, al menos, durante cuatro semanas antes de la cirugía.
Un estudio observacional de la Universidad de Harvard concluye que adoptar una dieta sana, hacer ejercicio con regularidad y evitar el sobrepeso, el alcohol y el tabaco en la edad madura se asocia con una reducción de enfermedades graves como el cáncer, las dolencias cardiovasculares y la diabetes en etapas posteriores de la vida.
Un estudio evalúa las relaciones entre más de 200 factores ambientales y la presión sanguínea durante el embarazo y en la infancia. Los resultados muestran que, ya desde la fase fetal, el lugar en el que vivimos, lo que comemos y respiramos y los compuestos químicos que llegan hasta nuestro organismo pueden afectar a la presión sanguínea antes de alcanzar la adolescencia.
Algunas variaciones en el gen LPHN3 –relacionado con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en niños y adultos– podrían favorecer la predisposición a consumir tabaco, alcohol, cannabis y otras sustancias adictivas, según un nuevo estudio. El hallazgo contribuirá a facilitar nuevas herramientas genéticas para mejorar la prevención de conductas adictivas en las personas afectadas por el TDAH.
Un nuevo estudio realizado en León, pero representativo de toda España, revela cómo el número de tumores asociados al tabaco se ha incrementado notablemente en las últimas décadas. Al analizar los datos disponibles entre 1997 a 2014, los investigadores han comprobado que el aumento de las cifras del cáncer relacionado con el hábito de fumar es más pronunciado entre las mujeres.
El primer trabajo que analiza la exposición al humo ambiental del tabaco en diversos ámbitos de la población infantil en España revela que el 71,7% de los menores de doce años se expone al humo ambiental del tabaco. Un 29,2% lo respira en casa o en el coche y el 42,5% solo en el ámbito público. El nivel educativo de los progenitores influye tanto en dicho contacto como en la salud percibida de los hijos.