La coexistencia entre personas y grandes carnívoros no siempre es fácil. Una de las líneas de investigación de Fredirk Dalerum, científico del CSIC, es precisamente la subsistencia de lobos y osos en España, y el choque con los intereses humanos. Sobre ello acaba de publicar un estudio. Mientras, en Europa se reabre el debate para revisar el estado de conservación de los lobos.
Investigadores de la Estación Biológica de Doñana-CSIC relacionan el cambio de tendencia con las características del territorio que habitan estos animales. El estudio señala la necesidad de adecuar las herramientas de gestión para la conservación del hábitat de la población de esta especie en peligro de extinción.
Una investigación liderada por el Museo Nacional de Ciencias Naturales revela que los machos adultos de Ursusarctos, además de usar señales químicas y acústicas, también muerden y arañan la corteza de los árboles durante la época de celo. Estas marcas ayudan a localizar las áreas reproductivas de la especie, un dato esencial para el éxito de los planes de conservación.
En España, el oso pardo, que está experimentando un aumento de sus poblaciones, puede encontrarse de manera ocasional y fortuita con las personas, al igual que sucede en el estado de Montana, EE UU. Allí, un equipo de científicos ha analizado qué factores sociales influyen para evitar que los entornos humanizados atraigan a estos úrsidos, protagonistas del #Cienciaalobestia.
Las leyes humanas también tienen impacto en el reino animal. En concreto, las regulaciones sobre la caza provocan que los ciclos reproductivos de los animales se alteren. Los investigadores han detectado que las hembras de oso pardo aumentan el tiempo de cría hasta en un año, para evitar a los cazadores. Este comportamiento es opuesto al patrón de adaptación de otras especies animales.
Amenazados por el cambio climático, los osos polares se enfrentan también a otros riesgos generados por encuentros con los seres humanos. Es el caso de estos oseznos de once meses de edad, que acaban de llegar a un centro de recuperación canadiense tras perder a su madre por un disparo accidental. Por la delicada situación de la especie, a principios de noviembre se celebra la Semana del Oso Polar. Hoy son los protagonistas de nuestra sección #Cienciaalobestia.
Las últimas excavaciones en la Cova de les Llenes en Lérida –que finalizan mañana– han permitido demostrar las visitas continuadas que realizaron diferentes grupos neandertales para cazar animales que vivían en los alrededores de la cueva, como ovejas salvajes y corzos. Pero la cavidad era una madriguera de carnívoros de los que destaca el oso de las cavernas que la utilizaba para hibernar.
Los osos son uno de los animales más emblemáticos de la Prehistoria, pero se sabe poco de su comportamiento como carnívoros. Ahora, un equipo liderado por arqueólogos catalanes, ha estudiado 17 carcasas comidas por osos del Pirineo de Lleida en la actualidad y ha identificado los patrones de consumición de cadáveres enteros. Después, ha comparado los resultados con las mordeduras y fracturas halladas en restos de cadáveres de animales prehistóricos.