Un oso pardo (Ursus arctos) en Suecia.
Desde hace casi tres años los osos polares se añadieron a la lista de especies en peligro de extinción, cuando su hábitat de hielo comenzó a mostrar un declive constante provocado por el calentamiento del clima. Sin embargo, un nuevo estudio revela que la disminución de los gases de efecto invernadero podría remitir la actual condena a muerte de estos iconos del Ártico, al menos de momento.
Las osas, sus crías y las crías menores de dos años ya emancipadas no dejaron de alimentarse y defecar durante el invierno.