En España, el oso pardo, que está experimentando un aumento de sus poblaciones, puede encontrarse de manera ocasional y fortuita con las personas, al igual que sucede en el estado de Montana, EE UU. Allí, un equipo de científicos ha analizado qué factores sociales influyen para evitar que los entornos humanizados atraigan a estos úrsidos, protagonistas del #Cienciaalobestia.