Los mayores de 65 años que sobreviven a un desastre natural se enfrentan a la ausencia de cuidados médicos, a la pérdida de familiares, amigos y hogares y al aislamiento social, lo que repercute en su salud mental. Tras encuestar a más de 3.500 ancianos supervivientes del terremoto y el tsunami que asolaron Japón en marzo de 2011, un equipo de científicos revela que la pérdida cognitiva aumenta, sobre todo, por la destrucción de sus casas.
Desde su puesto como profesor de psiquiatría en el King’s College de Londres, el doctor Martin Prince lleva más de 20 años buscando las claves del envejecimiento saludable. Determinar por qué unas personas disfrutan de sus últimos años de vida mejor que otras es uno de los objetivos del proyecto europeo ATHLOS, en el que participa desde hace un año. Hace un par de semanas se reunió en la Universidad Autónoma de Madrid con el resto de investigadores del estudio.
La iniciativa europea para la prevención de la demencia asociada al alzhéimer o EPAD, de la que forman parte 35 instituciones académicas y laboratorios farmacéuticos de toda Europa, nació en enero de 2015 y durará cinco años. EPAD se coordina en España a través del Barcelonaβeta Brain Research Centre, el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, actualmente ubicada en el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB). José Luis Molinuevo es el director científico, además del colíder europeo.
Un nuevo estudio confirma los beneficios de la dieta mediterránea para prevenir o retrasar el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento, que eventualmente termina en demencia o alzhéimer. Los resultados subrayan que las personas que siguen esta dieta complementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos tienen una mejor función cognitiva que las personas asignadas a la dieta control.
Algunas personas sufren demencia incipiente a medida que van cumpliendo años. Para subsanar dicha pérdida, la reserva cognitiva del cerebro se pone a prueba. Investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela han estudiado qué indicadores influyen en mejorar esta habilidad y concluyen que tener más vocabulario es uno de ellos.
Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos han analizado nuevas herramientas psicológicas para evaluar clínicamente a los cuidadores de familiares con alzhéimer y otras demencias, con el objetivo de identificar sus principales vulnerabilidades. Sus trabajos han sido galardonados con el Premio Rafael Burgaleta, otorgado por el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.
Un estudio publicado esta semana en la revista Nature Medicine identifica el papel de los biomarcadores sanguíneos en la detección del deterioro cognitivo. La prueba consiste en el análisis de diez lípidos en la sangre y posee un 90% de precisión.
Un rostro neutro puede transmitir al cerebro la misma información que una expresión facial / Oblong.
En un artículo publicado en la revista Psychoneuroendocrinology, investigadores de la Universidad de Cádiz asemejan las limitaciones cognitivas de ratones afectados por diabetes mellitus tipo 2 con las que origina el alzhéimer. Los ratones que padecen diabetes sufren daños primero en la corteza y luego el hipocampo, dos regiones cerebrales relacionadas con el aprendizaje y la memoria.
Un equipo de investigadores indios y británicos ha llevado a cabo un estudio con 648 pacientes de India que demuestra que las personas que hablan dos idiomas tardan unos cuatro años y medio más en desarrollar demencia que los monolingües. Además, el trabajo es el primero en mostrar estos beneficios en personas analfabetas.