Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos han analizado nuevas herramientas psicológicas para evaluar clínicamente a los cuidadores de familiares con alzhéimer y otras demencias, con el objetivo de identificar sus principales vulnerabilidades. Sus trabajos han sido galardonados con el Premio Rafael Burgaleta, otorgado por el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.
Un estudio publicado esta semana en la revista Nature Medicine identifica el papel de los biomarcadores sanguíneos en la detección del deterioro cognitivo. La prueba consiste en el análisis de diez lípidos en la sangre y posee un 90% de precisión.
Un rostro neutro puede transmitir al cerebro la misma información que una expresión facial / Oblong.
En un artículo publicado en la revista Psychoneuroendocrinology, investigadores de la Universidad de Cádiz asemejan las limitaciones cognitivas de ratones afectados por diabetes mellitus tipo 2 con las que origina el alzhéimer. Los ratones que padecen diabetes sufren daños primero en la corteza y luego el hipocampo, dos regiones cerebrales relacionadas con el aprendizaje y la memoria.
Un equipo de investigadores indios y británicos ha llevado a cabo un estudio con 648 pacientes de India que demuestra que las personas que hablan dos idiomas tardan unos cuatro años y medio más en desarrollar demencia que los monolingües. Además, el trabajo es el primero en mostrar estos beneficios en personas analfabetas.
Según se desprende de los primeros resultados del proyecto RightTimePlaceCare, financiado por la UE, los pacientes con demencia españoles son los que más cuidados reciben de sus familiares en Europa.
Luis Carlos Álvaro, neurólogo clínico del Hospital de Basurto y profesor de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), ha publicado un artículo sobre la capacidad de decisión de los pacientes con demencia en el que reivindica la importancia de los neurólogos al determinar hasta qué punto ha dañado la enfermedad la competencia del paciente.
Una investigación liderada por la Universidad de York en Toronto (Canadá) afirma que hablar más de un idioma mejora la salud mental y protege al cerebro de la demencia.
Un estudio elaborado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) concluye que la opinión de los pacientes que sufren demencia cuando se les pregunta acerca de sus condiciones de vida, es fiable y además es fundamental a la hora de tratar la enfermedad.