Un nuevo estudio confirma los beneficios de la dieta mediterránea para prevenir o retrasar el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento, que eventualmente termina en demencia o alzhéimer. Los resultados subrayan que las personas que siguen esta dieta complementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos tienen una mejor función cognitiva que las personas asignadas a la dieta control.
En un artículo publicado hoy en la revista JAMA Internal Medicine se demuestran los beneficios de la dieta mediterránea para prevenir o retrasar el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento. El estudio, derivado del ensayo PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), revela que, después de 4 años de seguimiento, las personas que siguen esta dieta complementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos tienen una mejor función cognitiva que las personas asignadas a la dieta control.
El aumento en la frecuencia de las enfermedades como el alzhéimer u otros tipos de demencia asociadas a la avanzada edad de la población hace que encontrar estrategias sencillas que puedan prevenirlas o bien retrasar su aparición se haya convertido en una prioridad de salud pública.
Diversos estudios sugieren que existe una relación entre los hábitos alimentarios y la función cognitiva y que el estrés oxidativo (la incapacidad del cuerpo para eliminar las toxinas) desempeña un papel clave en la aparición de enfermedades neurodegenerativas. Así, una dieta que contenga alimentos antioxidantes podría proporcionar protección contra estas enfermedades.
En el estudio participaron 447 voluntarios sanos a nivel cognitivo pero con alto riesgo cardiovascular, de ambos sexos y con una edad media de 67 años al inicio, que formaban parte del estudio PREDIMED, un ensayo clínico multicéntrico de intervención nutricional con dieta mediterránea en 7.447 participantes.
En la imagen, el doctor Ros. / Hospital Clínic
El poder de la dieta
A los voluntarios se les indicó una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra, una dieta mediterránea con un extra de frutos secos o bien una dieta control baja en grasa. En este subestudio se llevó a cabo una evaluación de la función cognitiva mediante diversos test neuropsicológicos al inicio y al final de la pauta alimentaria marcada.
Con un seguimiento de más de 4 años, los investigadores comprobaron que hubo una mejora de la función cognitiva en los participantes que siguieron la dieta mediterránea suplementada respecto a la dieta control, en la que se constató un deterioro cognitivo, y que esta mejora era independiente de variables como la edad o el sexo. La dieta con frutos secos fue más eficaz para mejorar la memoria, mientras que la de aceite de oliva influyó de forma favorable en la cognición frontal (función ejecutiva).
"Estos efectos beneficiosos de la dieta mediterránea son probablemente debidos a la gran cantidad de agentes antiinflamatorios y antioxidantes que proporciona", señala Emili Ros, coordinador del estudio y miembro del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínic y jefe del equipo IDIBAPS Hipertensión, lípidos y riesgo cardiovascular.
Es la primera vez que en un ensayo clínico de estas características se ha relacionado los cambios en el deterioro cognitivo con los hábitos alimenticios. Este estudio proporciona una evidencia firme sobre el potencial de la dieta mediterránea para ayudar a mantener un buen rendimiento cognitivo, a pesar del desgaste natural causado por el envejecimiento, y para reducir eventualmente la incidencia de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.
Referencia bibliográfica:
Cinta Valls-Pedret, Aleix Sala-Vila, Mercè Serra-Mir, Dolores Corella, Rafael de la Torre, Miguel Ángel Martínez-González, Elena H. Martínez-Lapiscina, Montserrat Fitó, Ana Pérez-Heras, Jordi Salas-Salvadó, Ramon Estruch, Emilio Ros. Mediterranean Diet and Age-Related Cognitive Decline: A Randomized Clinical Trial. JAMA Intern Med. Published online May 11, 2015. doi:10.1001/jamainternmed.2015.1668