Los últimos datos publicados por la OMS y UNICEF muestran que, en 2020, 23 millones de niños y niñas no recibieron las vacunas infantiles básicas administradas a través de los servicios de salud habituales, la cifra más elevada desde 2009.
Las vacunas frente a la covid-19 disponibles en España no han mostrado ningún indicio de provocar el fenómeno llamado ADE (potenciación de la infección dependiente de anticuerpos). De lo contrario no se hubieran autorizado. Aun así se sigue vigilando, como ocurre con cualquier efecto que pueda tener una posible relación con las vacunas.
El 83 % de los españoles confía en la vacunación de la covid-19. Para mantener esa actitud, es preciso integrar el conocimiento de las ciencias sociales en el diseño de las medidas sanitarias y en su comunicación transparente y eficaz.
El preparado CoronaVac es seguro y ofrece una protección al 100 % de la hospitalización por la enfermedad, según datos preliminares publicados en The Lancet. Pese a los resultados positivos, los autores apuntan a que se necesitarán más datos para confirmar la eficacia de la vacuna, ya que la población era joven y de bajo de riesgo y el periodo de seguimiento, muy corto.
El aumento del número de casos en población joven ha provocado un giro de timón en el devenir de la pandemia. Repasamos en cinco puntos qué se sabe sobre el patrón de transmisión en este grupo, su gravedad y su respuesta a las vacunas.
Un estudio muestra que la variante del SARS-CoV-2 que domina hoy en Reino Unido escapa a algunos anticuerpos en el laboratorio. Sin embargo, dos dosis de vacuna bastan para generar una respuesta neutralizante en el 95 % de los voluntarios. Los investigadores recuerdan, además, que la inmunidad real va más allá de lo que muestran los experimentos in vitro.
Las evidencias acumuladas hasta ahora apuntan a que las defensas contra la covid-19 de las personas que ya lo han superado duran años. Los inmunólogos apuestan por que las vacunas generen una protección igualmente duradera, que se comprobará con el paso del tiempo.
Muchas personas que buscan un embarazo han sentido preocupación por la vacunación. No hay ninguna evidencia, ni una razón teórica, de que alguna de las vacunas pueda afectar la capacidad reproductiva de mujeres u hombres.
Un grupo internacional de científicos ha desarrollado una nueva estrategia contra el paludismo: la inoculación de un parásito, combinada con un fármaco profiláctico. El ensayo se ha realizado en un grupo de 56 voluntarios sanos.