La Agencia Europea de Medicamentos ha concluido que puede considerarse la administración de una dosis de refuerzo de Pfizer en la población general mayor de 18 años seis meses después de completar la pauta, y una adicional de Pfizer y Moderna a personas con sistema inmunitario debilitado al menos 28 días tras la segunda dosis.
Una revisión de expertos publicada esta semana en la revista The Lancet concluye que las vacunas contra el coronavirus siguen siendo muy eficaces contra la enfermedad grave, incluida la de todas las principales variantes virales, por lo que las inmunizaciones adicionales generalizadas no son apropiadas.
Cumplido el objetivo de que las vacunas lleguen a una parte enorme de nuestra población, debemos aportar evidencias científicas y acciones para que todas las personas tengan acceso a la inmunización. Encontraremos la inmunidad de grupo vacunando y monitorizando los contagios ahora más que nunca.
La agencia de noticias científicas es el nuevo miembro de la iniciativa global sobre las vacunas de la covid destinada a periodistas y fact-checkers. Sus recursos aportan información veraz basada en pruebas y ayudan a poner en contexto la actualidad.
Un total de 33.376.693 personas, el 70,3 % de la población española, ha finalizado su vacunación, mientras que 36.533.328 cuentan con, al menos, una dosis de la vacuna contra la covid-19.
Siete de cada diez mujeres dicen haber presentado cambios en la regla tras la vacunación, según una encuesta preliminar a 14.000. Ahora, investigadoras de Granada estudiarán su salud menstrual para conocer si estas alteraciones se deben a la inmunización contra la covid-19.
Las vacunas están demostrando su verdadero potencial contra la enfermedad grave, la hospitalización y la muerte, también con la variante Delta. Pero hay que seguir protegiéndose.
La confianza en una sanidad pública universal, la solidaridad, sentirse en riesgo y un relativo bajo eco del negacionismo han hecho de España una de las potencias en vacunación contra la covid-19. Pero según los expertos, los políticos deben cerrar filas en torno a la vacunación y el sistema sanitario para mantener lo logrado.
La vacuna contra la viruela, poco después de la Revolución francesa, marca el inicio de la vacunación como estrategia de salud pública en la lucha contra las enfermedades infecciosas. Sin embargo, el desarrollo de políticas sociales y sanitarias también es clave para mejorar la sanidad pública.
Tras realizar un estudio con más de 300 personas contagiadas con el SARS-CoV-2, investigadores de IrsiCaixa han comprobado que sus niveles de anticuerpos neutralizantes permanecían más de un año después del momento de la infección. Aunque en los pacientes hospitalizados la producción de anticuerpos es superior, su capacidad de bloquear nuevas variantes se ve más afectada en comparación a la de los asintomáticos o con síntomas leves, que generan menos anticuerpos, pero más protectores.