La digitalización y, concretamente, la inteligencia artificial no están muy extendidas en industrias tan tradicionales como la pesca. Sin embargo, esta última tecnología se utiliza ya para agilizar la obtención de datos y facilitar la toma de decisiones que favorezcan la sostenibilidad y la protección de los hábitats marinos.
El telescopio Webb ha descubierto metano y dióxido de carbono en la atmósfera de K2-18 b, un exoplaneta que también podría tener un océano de agua y dimetilsulfuro, un compuesto que en la Tierra produce el fitoplancton.
Un equipo internacional, en el que participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales, ha confirmado que el 91,7 % de los nidos analizados de águilas pescadoras, Pandion haliaetus, contienen residuos antropogénicos.
Algunos de ellos podrían perder hasta el 70 % de su medio para finales de siglo. Esta es la conclusión de una investigación en doce especies de peces altamente migratorios y con alto valor económico y ecológico como los tiburones, el atún o el pez espada.
¿En qué se parece el cambio climático actual y el de hace 56 millones de años, descubierto por Ellen Thomas y su colega James Zachos? Tal y como documentaron estos científicos, aquel episodio fue ocasionado por grandes emisiones de CO2 a la atmósfera. Otra similitud es que se trató de un calentamiento global que produjo largos periodos de sequía, seguidos de fuertes lluvias e inundaciones. “Lo mismo que ocurre y nos toca padecer ahora en todo el mundo”, dice Thomas.
La biodiversidad marina del Golfo de Cádiz y del Mar de Alborán muestra un preocupante declive durante las últimas tres décadas, según revela un estudio liderado desde la Universidad Autónoma de Madrid. Los resultados, publicados en la revista Sustainability, muestran cómo los esfuerzos actuales no son suficientes para frenar las presiones antropogénicas que amenazan estos valiosos ecosistemas.
Un equipo de investigadores del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC ha desarrollado una metodología que permite estimar con precisión la difusión horizontal de las masas de agua en las diferentes regiones oceánicas. Esta herramienta ayudará a mejorar las predicciones climáticas, aseguran los autores.
Un estudio con participación española ha encontrado residuos plásticos en ecosistemas de agua dulce donde el impacto del ser humano es pequeño. El trabajo recoge muestras de 38 lagos de 23 países de todo el planeta.
Los trabajos centrarán sus esfuerzos en la protección y recuperación de hábitats costeros y marinos degradados así como en acciones para prevenir y minimizar la contaminación química, eliminar la basura y los plásticos de los ríos europeos o fomentar la pesca de bajo impacto ambiental.
Se trata de un pacto histórico que permitirá establecer un marco para la distribución justa de los beneficios derivados de los recursos genéticos marinos, así como la creación de áreas protegidas en zonas situadas fuera de las jurisdicciones nacionales. El titular de Naciones Unidas António Guterres celebró el acuerdo, que entrará en vigor tras su ratificación, y recordó que “las amenazas globales requieren una acción a escala mundial”.