Esta doctora en Química malagueña trabaja en la búsqueda de nanomateriales con nuevas propiedades que puedan ser usados en el futuro en terapias oncológicas. Recientemente su proyecto ha sido galardonado por el programa L’Oréal-UNESCO For Women in Science.
Estos diminutos autómatas, desarrollados por un equipo de la Universidad de California, han demostrado su eficacia en ratones. Lograron frenar el crecimiento y la propagación de los tumores en los órganos respiratorios, lo cual aumentó la tasa de supervivencia de los animales, según los autores.
Investigadores de CIC biomaGUNE y otros centros internacionales han desarrollado un modelo para la síntesis controlada de nanoestructuras complejas hasta ahora inalcanzables. El avance abre nuevas posibilidades en el diseño de materiales y aplicaciones nanotecnológicas innovadoras.
El grafeno está formado por átomos de carbono reacios a magnetizarse, pero mediante una nueva técnica de nanoestructuración inteligente este material se puede magnetizar y medir este comportamiento a escala nanométrica. El avance lo presentan investigadores del Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón, el Donostia International Physics Center y otros centros españoles.
Los científicos Moungi G. Bawendi, Louis E. Brus y Alexei I. Ekimov, que actualmente trabajan en EE UU, han recibido el galardón por desarrollar pequeñísimos componentes de nanotecnología: coloridos cristales formados por unos pocos miles de átomos. Entre sus muchas aplicaciones, difunden su luz en televisores y lámparas LED, además de guiar a los cirujanos para extirpar los tumores.
El nitruro de boro hexagonal tiene una curiosa propiedad: emite luz cuando entra en contacto con líquidos, lo que ofrece información precisa, fotón a fotón, sobre su entorno. Investigadores de Suiza y Reino Unido han aprovechado esta ventaja para rastrear moléculas individuales dentro de estructuras nanofluídicas, una visión sin precedentes para estudiar su comportamiento en espacios nanoconfinados.
En un mundo mil millones de veces más pequeño que un metro, las barreras entre disciplinas se diluyen. Es en este ámbito donde la científica Sonia Contera investiga los sistemas biológicos y cómo surge la materia a escala nanoscópica en el universo. Lo cuenta en su último libro: Nanotecnología viva, donde también propone una mirada más amplia de la ciencia.
En algunas regiones de Chile y otras partes del mundo el agua está contaminada de forma natural por arsénico. Para reducir las concentraciones de este elemento cancerígeno a niveles aptos para el consumo, esta ingeniera ha desarrollado un nuevo nanomaterial que se activa con luz solar.
Investigadores de España y Chile han desarrollado un ‘órgano-en-un-chip’ que, sin necesidad de ensayos con animales, funciona como modelo de la inexpugnable barrera hematoencefálica del cerebro humano. El sistema se ha validado con la introducción de fármacos mediante nanopartículas de oro para luego disgregar moléculas que se forman en la enfermedad de Alzheimer.
Un equipo del CSIC ha demostrado que la estructura i-ADN de nuestro genoma puede adaptar su forma al pH del ambiente. Este hallazgo es esencial para posibles avances en la nanotecnología o para modular procesos clave de la creación de fenotipos.