En la Edad de Piedra y de Bronce en Europa, las mujeres que vivían en Europa viajaban lejos de sus aldeas para formar sus propias familias. Estas migraciones desempeñaron un papel importante en el intercambio de objetos culturales e ideas, según un estudio que publica la revista PNAS.
Su familia se preguntaba por qué había elegido una carrera que la llevaría directamente al desempleo, como al resto de mujeres científicas en Túnez. Ahora, a Sarra Arbaoui, ingeniera agrónoma y profesora en el Instituto Agrónomo Superior de la localidad tunecina de Chott Mariem, le gustaría servir de ejemplo para sus conciudadanas dedicadas a la ciencia, para que no tiren la toalla por culpa del panorama laboral, y también para los propietarios de empresas privadas que, por sistema, en su país no contratan ingenieras.
Hace más de un siglo, el Observatorio de Harvard reclutó a un grupo de mujeres para realizar un trabajo tedioso y mal pagado: analizar estrellas en placas fotográficas de vidrio. Pero con el tiempo aquellas damas se convirtieron en verdaderas profesionales, y nombres como Williamina Fleming, Annie Jump Cannon, Antonia Maury, Henrietta S. Leavitt y Cecilia Payne entraron en la historia de la astronomía. Sus méritos los repasa ahora para Sinc la divulgadora científica Dava Sobel, autora de El universo de cristal.
La edad media de las pacientes que recurre a técnicas de fecundación in vitro ha aumentado cuatro años en dos décadas y ya se sitúa en los 39, según el informe de Salud de la Mujer Dexeus que se ha presentado esta mañana en Barcelona. Más de la mitad de estas mujeres son madres primerizas después de los 40 años y el 30% de ellas requiere de técnicas de diagnóstico genético implantacional para descartar enfermedades.
Tanto en la literatura como en el cine, el feminismo ha encontrado en la ciencia ficción un espacio perfecto donde superar los roles clásicos y crear personajes femeninos complejos: mujeres activas y conscientes, heroínas que cambian el mundo y son imperfectas. El subgénero se ha enriquecido desde que ellas también son sus creadoras, consumidoras y protagonistas.
A los doce años se compró un libro y aprendió programación. Su primer experimento fue un software basado en redes neuronales para jugar al fútbol, al que es aficionada. Después, dirigió sus empeños hacia el uso de la inteligencia artificial para detectar el cáncer de mama y diseñó una herramienta que también funciona para leucemia y gripe. Brittany Wenger (EE UU, 1994) ha sido elegida por la revista Time como una de las personas menores de 30 años que harán historia.
Carmen Vela, secretaria de Estado de I+D+i, presentó ayer en Madrid el informe Científicas en Cifras 2015. El documento destaca que el número de mujeres que se doctoran en España se iguala al número de hombres y que el porcentaje de investigadoras se mantiene desde 2009 en un 39%. Sin embargo, la brecha es evidente en los puestos de más alto rango. Al cierre del estudio, había una sola rectora en las universidades públicas y ninguna directora general en los organismos públicos de investigación.
A una edad tan temprana como los seis años, las niñas se vuelven menos propensas a asociar la brillantez intelectual con su propio sexo y tienden a rehuir las actividades que se cree son para niños ‘muy inteligentes’, indica un estudio de tres universidades estadounidenses. Los investigadores advierten que se trata de una tendencia preocupante, ya que las aspiraciones profesionales de las mujeres se ven moldeadas por los estereotipos sociales de género.
Un nuevo estudio neurobiológico ha descubierto diferencias en el comportamiento cerebral de las pacientes que sufren depresión posparto y las que padecen trastornos depresivos graves, dos dolencias que tradicionalmente se tratan de la misma manera por los médicos.