Sarra Arbaoui, ingeniera agrónoma tunecina

“La universidad en Túnez será femenina en la próxima generación”

Su familia se preguntaba por qué había elegido una carrera que la llevaría directamente al desempleo, como al resto de mujeres científicas en Túnez. Ahora, a Sarra Arbaoui, ingeniera agrónoma y profesora en el Instituto Agrónomo Superior de la localidad tunecina de Chott Mariem, le gustaría servir de ejemplo para sus conciudadanas dedicadas a la ciencia, para que no tiren la toalla por culpa del panorama laboral, y también para los propietarios de empresas privadas que, por sistema, en su país no contratan ingenieras.

“La universidad en Túnez será femenina en la próxima generación”
La ingeniera Sarra Arbaoui en el Centro Nacional de Biotecnología en Madrid. / Olmo Calvo-Sinc

Arbaoui acumula varios premios internacionales. Es una de las caras visibles de la lucha por la igualdad de género en Túnez después de haber sido beneficiaria del proyecto ‘WOMED: la siguiente generación de líderes’ de la Union del Mediterráneo (UfM), que fomenta el liderazgo de las mujeres. También se le ha reconocido su trabajo con los premios Ford Motor Company, y L’Oréal-UNESCO Mujer y Ciencia en 2012.

Durante seis meses, esta científica que lucha contra el calentamiento global se encuentra en España con una beca concedida por la Fundación Mujeres por África en el Laboratorio de Genética Molecular de las Plantas del Centro Nacional de Biotecnología (CNB). Hablamos con ella en ese centro, donde investiga cómo mitigar el cambio climático y revertir la contaminación del suelo agrícola.

¿En qué consiste su trabajo en el Centro Nacional de Biotecnología?

Todos los proyectos en los que trabajo son diferentes pero están relacionados: el objetivo es la remediación del suelo y la mitigación del cambio climático, que es un problema global. Una de sus consecuencias es la concentración en la tierra de elementos como el cadmio, el zinc, el arsénico o la sal, que afectan a las cosechas. El cadmio y el arsénico son muy contaminantes. Yo trabajo adaptando las plantas para que absorban estas sustancias y limpien el suelo agrícola.

“Yo trabajo adaptando las plantas para que absorban estas sustancias contaminantes y limpien el suelo agrícola”

En el CNB estudiamos el mecanismo de tolerancia al arsénico de una planta llamada kenaf (Hibiscus cannabinus) a nivel genético y molecular. Este elemento es una de las principales amenazas de toda forma de vida porque puede disolverse en el agua subterránea exponiendo a animales y a seres humanos a sus efectos tóxicos. Mi tesis doctoral ya trataba sobre el potencial de algunas plantas para limpiar el suelo de otros agentes contaminantes. En mi laboratorio de Túnez no contamos con la tecnología con la que trabajo aquí y esta es la razón por la que he elegido este centro. Las técnicas que aprenda van a ser muy útiles para continuar con mi investigación.

Concretamente, ¿cómo ayuda esta planta a limpiar los suelos de agentes contaminantes?

Por ahora hemos comprobado su capacidad para limpiar la tierra. En una segunda fase del proyecto intentaremos mejorar el potencial de estas plantas para extraer el arsénico. Para ello, cultivamos las plantas in vitro y luego seleccionamos las más adecuadas: las que en un suelo contaminado son capaces de sobrevivir, son las que más arsénico absorben. Además, el kenaf tiene otras ventajas. No es solo una técnica low cost (no requiere una gran inversión), sino que también es rentable. Las fibras de esta planta pueden utilizarse para crear un material aislante que se utiliza en la construcción de edificios o de automóviles y que es muy demandado en el mercado asiático e incluso en Europa. El kenaf no es comestible, pero tiene múltiples usos, por ejemplo sirve para producir un tipo de aceite medicinal. Los animales sí comen sus hojas, pero como estamos usando las plantas para la limpieza de la tierra, están contaminadas y no sirven de alimento.

¿Se enfrenta Túnez a problemas medioambientales específicos?

No, el problema es global. El cambio climático no se puede abordar únicamente desde un punto de vista local. El arsénico es un contaminante que se encuentra en las tierras de cultivo de todo el mundo. Espero que, más adelante, cuando aprenda lo necesario, podamos desarrollar un proyecto conjunto entre laboratorios que se prolongue en el tiempo, porque la colaboración internacional es fundamental para luchar contra el cambio climático. Por supuesto son importantes las colaboraciones a escala nacional y local, y estas iniciativas tienen su impacto, pero es muy importante estar inmerso en una red de colaboraciones. Yo trabajo en un equipo en Túnez que intenta resolver el mismo problema que el equipo con el que colaboro ahora en España. También hay otro grupo belga que se ocupa de este asunto, y quizá podríamos contactar con otro que nos aportara otro punto de vista.

“El cambio climático no se puede abordar únicamente desde un punto de vista local”

Este tipo de becas de movilidad, ¿mejoran la calidad de la ciencia?

Creo que para un científico las estancias en el extranjero son imprescindibles. No solo porque a nivel personal tener una actitud abierta es mejor para tu trabajo, sino porque es necesario saber cómo se trabaja en otros lugares del mundo y aprender nuevas técnicas y maneras de resolver problemas. El empoderamiento y el aprendizaje de nuevas habilidades tienen un impacto directo y positivo para mi trabajo: la búsqueda de soluciones para los problemas globales medioambientales. Por otro lado, hay proyectos como WOMED, en el que las mujeres seleccionadas recibimos clases de liderazgo, de derechos humanos, comunicación o economía. También visitamos el Parlamento Europeo en Estrasburgo, y lo más interesante fue conocer a 20 mujeres de otros países dedicadas a otras disciplinas. Hemos seguido en contacto y ahora tenemos proyectos futuros. Nos ha enseñado algo importante: que juntas somos más fuertes.

Ha contado en alguna ocasión que las dificultades para las mujeres científicas se dan a la hora de encontrar trabajo en la empresa privada. ¿Dentro de la universidad existe igualdad?

La universidad en Túnez será femenina en la próxima generación. Hoy en día, los altos cargos son hombres, pero es algo heredado de tiempos anteriores. Las alumnas mujeres somos ahora mayoría, así que dentro de una generación también las profesoras y los altos cargos lo serán. En las instituciones educativas no reina el machismo que sí se ve en la empresa privada. En mi profesión, la mayoría de las mujeres no encuentra trabajo, aunque seamos más y aunque seas la primera de la clase, algo que suele ocurrir porque la mujeres saben que el entorno favorece a los hombres y trabajan más. Cuando hice las prácticas lo vi claro. Trabajaba en una granja en la que el dueño nos decía a las mujeres que no éramos aptas para tomar decisiones rápidas ni teníamos fuerza para las tareas del campo. Esta desigualdad es especialmente visible en la ciencia. En campos como la traducción o el derecho probablemente habría encontrado trabajo fácilmente.

 “Las alumnas mujeres somos ahora mayoría, así que dentro de una generación también las profesoras y los altos cargos lo serán”

Usted trabaja en la universidad y tiene una plaza fija. Según lo que cuenta, ¿es una privilegiada?

En la universidad, el puesto sale a concurso y para conseguir la plaza solo hay que demostrar las aptitudes necesarias. Yo intenté conseguir trabajo como ingeniera cuando acabé la carrera, pero no lo conseguí. Los hombres salen de la carrera con trabajo aunque sean estudiantes menos brillantes. Mi suerte es que sentía pasión por la investigación así que empecé el máster y después el doctorado y estoy contenta con esa decisión.

¿Son importantes los reconocimientos como el premio de L'oreal-UNESCO o el proyecto WOMED, dirigidos a mujeres?

Según mi experiencia, estos premios ayudan a las estudiantes a trabajar más duro y a tener un objetivo. Muchas mujeres dejan su carrera debido al panorama laboral y se quedan relegadas a sus obligaciones familiares. Cuando escuchan que, por ejemplo, yo he continuado trabajando y he ganado un premio, algunas de ellas se han envalentonado y han vuelto a la universidad a empezar o acabar sus doctorados. Así que sí, creo que es importante reconocer el trabajo y los resultados obtenidos por mujeres en particular, porque comparadas con los hombres, ellas lo tienen más difícil.

A mí me gustaría ser un ejemplo sobre todo para mis compañeras de universidad que tiraron la toalla después de buscar mucho tiempo un trabajo. Conozco a muchas mujeres que sienten pasión por la ciencia y han tenido que abandonarla para vivir una vida que no es la que ellas buscaban.

¿Y cree que su imagen servirá para que los empresarios dejen de lado los prejuicios de género a la hora de contratar? 

Me gustaría que los dueños de las empresas en Túnez, que aún están en manos principalmente masculinas, se dieran cuenta de que van a salir ganando si contratan mujeres. Los compañeros que estudiaron conmigo entraron a trabajar en el sector privado y con el tiempo han ido promocionando hasta convertirse en jefes. Ojalá mi ejemplo les sirviera para contratar mujeres. Y, aunque hay muchos que están a favor, otros muchos aún tienen la concepción de que la tarea de la mujer es tener hijos. A la sociedad tunecina le va a costar más tiempo asumir la igualdad que al ámbito científico. Las obligaciones familiares y domésticas serán, durante mucho tiempo, un asunto femenino.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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