Tras utilizar los púlsares de nuestra galaxia como relojes cósmicos, la colaboración internacional NANOGrav ha 'escuchado' el coro de las más potentes ondas gravitacionales conocidas, que distorsionan el espacio-tiempo al atravesar todo lo que existe. El sonido procede de las interacciones de colosales agujeros negros supermasivos.
Las fluctuaciones cuánticas durante la etapa de inflación, solo unos instantes tras el nacimiento del universo, fueron clave para la formación de estructuras masivas muy antiguas, como el cúmulo El Gordo u otros captados por el telescopio James Webb. La clave está en la estadística de estas fluctuaciones, según un nuevo estudio.
Un equipo de astrónomos ha descubierto un gran reservorio de gas caliente en un cúmulo de galaxias en formación alrededor de la conocida como Telaraña. Se trata de la detección más distante de este tipo de gas, ya que se sitúa en una época en la que el universo tenía solo 3 000 millones de años.
Un equipo de internacional, con participación de la Universidad de Valencia, ha identificado seis poblaciones masivas de estrellas. El hallazgo pone en cuestión el conocimiento consolidado por la comunidad científica en torno a la génesis del cosmos.
Con siete observatorios autónomos a lo largo de los cinco continentes, la red BOOTES vigila ya el cielo en búsqueda de fenómenos cósmicos transitorios, que brillan de forma breve, intensa y repentina. Este avance tecnológico abre una nueva era en el campo de la astronomía.
El trabajo presenta una muestra de siete galaxias enanas, entre 10.000 y 6.000 millones de años después del Big Bang, que hospedan este tipo de regiones finitas del espacio. La ciencia solo había hallado casos similares en el universo de hoy en día, es decir, 13,6 gigaaños tras el Big Bang.
Gracias a los ‘ojos’ infrarrojos del telescopio espacial James Webb, se ha observado con una nitidez sin precedentes la luz difusa y muy débil de estrellas que no están unidas gravitacionalmente a ninguna galaxia dentro de grandes cúmulos. Los datos, procesados en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), también ofrecen pistas sobre la materia oscura.
Un estudio internacional de más de 400 científicos ha identificado por primera vez una fuente constante de emisiones de neutrinos en la galaxia Messier 77. El hallazgo, que ha detectado estas ‘particulas fantasma’ bajo el hielo del Polo Sur, nos puede ayudar a comprender mejor algunas de las mayores incógnitas del universo, como los agujeros negros.
Gracias a la radiación del universo primigenio, científicos de Japón y EE UU han logrado investigar la materia oscura más atrás en el tiempo como nunca antes, tan solo 1.700 millones años después del Big Bang. Algunos resultados del estudio no se ajustan a los modelos cosmológicos.