Después de un cuarto de siglo de desarrollo, el día de Navidad de 2021 por fin se ha lanzado desde la Guayana Francesa el observatorio más potente y sensible jamás enviado al espacio. Operando con luz infrarroja, podrá observar las primeras estrellas y galaxias del universo, además de exoplanetas en los que podría detectar biomarcadores en sus atmósferas. Los próximos días serán cruciales para el complicado despliegue de sus componentes.
Buscando análogos cercanos de las primeras galaxias formadas en el universo, investigadores del Centro de Astrobiología y otros centros internacionales han detectado un inicio irregular, con períodos violentos de formación de estrellas seguidos de otros donde las galaxias parecen dormidas. Los datos los han facilitado el telescopio espacial Hubble y el Gran Telescopio Canarias.
Astrofísicos de las universidades Autónoma de Madrid y de Buenos Aires plantean que la clásica división entre galaxias formadoras o no de estrellas puede ocultar la diversidad de estados evolutivos e intermedios observados en el universo. Simplemente podrían envejecer lentamente como si fueran velas que se apagan.
Las galaxias satélites forman más o menos estrellas dependiendo de su orientación con respecto a la galaxia que está en el centro, que a su vez, se ve afectada por el gas y la energía que expulsa su agujero negro central. Este inesperado efecto ha sido observado y analizado por investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias y otros centros internacionales.
Un equipo científico internacional liderado por el Centro de Astrobiología ha estudiado las propiedades de las estrellas en bulbos galácticos, descubriendo que los de las galaxias de disco se formaron en dos oleadas: una en la infancia del universo y otra a mitad de su vida. Para realizar el estudio, centrado en la zona de la Osa Mayor, se ha usado el Gran Telescopio Canarias y el Hubble.
Un instrumento espectroscópico localizado en un observatorio de Arizona (EE UU) ha comenzado este lunes a cartografiar en 3D el universo. El objetivo del proyecto, que cuenta con una importante participación española, es desentrañar los misterios de la energía oscura.
Un estudio liderado por investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias y realizado con el instrumento OSIRIS del mayor telescopio óptico e infrarrojo del mundo, situado en La Palma, ha encontrado a unos 12.500 millones de años luz el cúmulo de galaxias en formación más densamente poblado conocido en las etapas iniciales del universo.
La lejana galaxia ID2299 está expulsando casi la mitad del gas que usa para formar estrellas a un ritmo sorprendente: unas 10.000 masas solares al año, según las observaciones del telescopio ALMA en Chile. Los astrónomos piensan que este espectacular evento lo desencadenó una colisión con otra galaxia, lo que hace replantear cómo estas dejan de formar estrellas y de dónde se emite el combustible para producir otras nuevas.
La Agencia Espacial Europea ha lanzado la tercera entrega de datos de la misión Gaia, con información sobre más de 1.800 millones de objetos del universo. El movimiento de estrellas hacia el anticentro de nuestra galaxia, situado en la dirección opuesta al centro, ha permitido indagar en el pasado de la Vía Láctea y su roce con la vecina Sagitario.
La escasez de materia oscura en la galaxia NGC1052-DF4 desconcertaba a los astrónomos, pero ahora investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias y otros centros internacionales han dado con el mecanismo que lo explica: mareas provocadas por la interacción gravitatoria con una galaxia cercana.