Paisajes de nacimiento estelar, tórridas atmósferas exoplanetarias, una estrella agonizante, interacciones galácticas y la mejor vista infrarroja del universo lejano protagonizan la primera serie de imágenes del mayor telescopio espacial de la historia.
El presidente de EE UU, Joe Biden, y la NASA han presentado la imagen infrarroja más detallada y nítida del universo lejano captada hasta la fecha, con un cúmulo de galaxias llamado SMACS 0723. Este martes se harán públicas otras imágenes a todo color obtenidas con el mayor observatorio espacial de la historia.
La misión Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA) acaba de presentar sus últimos datos, ofreciendo información nueva y mejorada de casi 2.000 millones de estrellas de la Vía Láctea. Los resultados también permiten describir con mayor precisión insólitos ‘terremotos estelares’, la composición química o ‘ADN’ estelar o los movimientos de estos astros, además del crecimiento con material de galaxias vecinas.
Revisando datos del telescopio espacial Hubble, un equipo de astrónomos ha descubierto un objeto único en el lejano universo primigenio. Se trata de un ‘eslabón perdido’ entre las galaxias formadoras de estrellas y objetos cuasiestelares muy luminosos, un precursor de los primeros agujeros negros supermasivos.
Este científico del Instituto de Astrofísica de Andalucía perdió la vista cuando preparaba su tesis doctoral. Aquello le cambió la vida, pero no le ha impedido continuar su carrera investigadora y trabajar por una astronomía más accesible e inclusiva.
Un avanzado instrumento infrarrojo ha observado que la espesa nube de polvo del centro de la galaxia Messier 77 es lo suficientemente gruesa como para ocultar el agujero negro que está en su interior. El hallazgo confirma el llamado ‘modelo unificado’ de los núcleos galácticos activos predicho hace 30 años.
Combinando observaciones desde tierra y el espacio, el Instituto de Astrofísica de Andalucía ha obtenido la mejor imagen de las regiones centrales de la galaxia OJ 287. Los datos podrían confirmar la existencia de dos agujeros negros supermasivos, con el secundario orbitando al primario y perforando periódicamente su disco de acreción.
El 24 de enero está previsto que el telescopio espacial James Webb realice su inserción orbital en L2, un punto situado a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra desde donde observará las primeras luces del universo. Pero antes de comenzar sus operaciones científicas, durante los próximos cinco meses, tendrá que completar su enfriamiento, alinear sus espejos y calibrar todos los instrumentos.
Después de un cuarto de siglo de desarrollo, el día de Navidad de 2021 por fin se ha lanzado desde la Guayana Francesa el observatorio más potente y sensible jamás enviado al espacio. Operando con luz infrarroja, podrá observar las primeras estrellas y galaxias del universo, además de exoplanetas en los que podría detectar biomarcadores en sus atmósferas. Los próximos días serán cruciales para el complicado despliegue de sus componentes.