El elefante africano de bosque (Loxodonta cyclotis), que habita una zona considerada un santuario en el país centroafricano de Gabón –el Parque Nacional Minkébé–, está acosado por los cazadores furtivos del país fronterizo Camerún. Más del 80% ha desaparecido en la última década debido a esta práctica ilegal, según informa un estudio de la revista Current Biology.
Matojo, la cría de lince ibérico de nueve meses hallada muerta en 2015 en Extremadura, no falleció por causas naturales. Su necropsia indica que fue el virus de la pseudorrabia el detonante de su repentino final. Antes de este caso solo se conocía un contagio por este agente infeccioso en un felino salvaje en el mundo, el de una pantera de Florida.
Debido al impacto humano, los pingüinos africanos viajan para alimentarse hacia áreas erróneas, donde en realidad el pescado escasea. El cambio climático y los excesos en la pesca en Sudáfrica provocan esta trampa ecológica en sus zonas de alimentación y ponen más en peligro a esta especie ya amenazada.
La población de la vaquita (Phocoena sinus) se ha reducido a 30 ejemplares / IUCN
Junto a otros primates no humanos, de las 500 especies de monos y simios que existen, más del 60% está amenazado y el 75% sufre un gran declive. Pero la situación no hará más que empeorar en las próximas décadas. La inminente extinción de la mayoría de especies de primates se deberá a las actividades humanas, como la agricultura intensiva, según la evaluación global más completa sobre su estado de conservación.
En contra de lo que se pensaba, el periodo de incubación de los huevos de dinosaurio se parecía más al de los reptiles actuales que al de las aves. Tras analizar los dientes de varios embriones fósiles, se ha comprobado que tardaban entre tres y seis meses en salir del cascarón. Los resultados sugieren que la incubación prolongada pudo ser un factor más en la extinción de los dinosaurios.
El guepardo esta más cerca de su extinción de lo que se pensaba / Wikimedia Commons
Jirafa Nubia en Murchison Falls NP, Uganda / Giraffe Conservation Foundation (GCF)
Rana venenosa de la especieRanitomeya amazonica. / Wikipedia
Hace unos 66 millones de años un dinosaurio se apoyó en el suelo y dejó marcadas las escamas de su piel en los lodos de la ribera de un río, ahora convertidos en roca sedimentaria en el yacimiento de Vallcebre en Barcelona. El hallazgo de esta impresión fósil, que data del Cretácico Superior, es único en Europa.