Los anfibios son el grupo de vertebrados más amenazados del planeta y han experimentado una alta disminución de su población en todo el mundo, lo que plantea graves problemas para su conservación.
Entre sus especies, las venenosas tienen un 60% más de probabilidades de estar amenazadas que las que no tienen defensas químicas. Esta es la conclusión de un estudio liderado por la Universidad de Swansea (Reino Unido) y publicado en Royal Society Open Science.
"Los resultados de este trabajo sugieren que si bien la defensa tóxica puede ser excelente para evitar a los depredadores, podría ser una mala noticia a largo plazo para la especie. Es otro ejemplo de cómo la evolución no actúa por el bien de la especie, sino por el del individuo”, explica Kevin Arbuckle, autor principal y profesor de Biología Evolutiva.
La investigación sugiere que la forma en que una especie se defiende podría ser parte del rompecabezas para determinar cuáles necesitan esfuerzos de conservación. Las amenazas a la biodiversidad de los anfibios son numerosas: la rápida destrucción del hábitat, la explotación y los contaminantes que entran en el medio ambiente.
"El estudio se basa en una investigación anterior que encontró que los anfibios tóxicos también eran más propensos a extinguirse según la historia evolutiva. El siguiente paso es averiguar qué mecanismo está detrás del vínculo entre la defensa y la extinción”, concluye el científico.