Un nuevo estudio vuelve a ensalzar las bondades de la dieta mediterránea. En esta ocasión, el trabajo, liderado por investigadores españoles, sostiene que mantener una dieta mediterránea complementada con aceite de oliva y frutos secos interviene en la reversión del síndrome metabólico.
Investigadores del centro CIBERobn del Instituto de Salud Carlos III han descubierto una variación genética en la que están implicados los microARN que reduce el riesgo de padecer ictus cerebral. El efecto protector se incrementa con la dieta mediterránea.
Un grupo internacional de investigadores ha descubierto que la dieta mediterránea es necesaria para que un nuevo gen relacionado con los triglicéridos ejerza su efecto protector frente al infarto de miocardio. Este estudio, publicado en la revista Circulation Cardiovascular Genetics, revela que la protección genética se pierde al no consumirla.
Investigadores de la Universidad de Navarra publican hoy en la revista JAMA un ensayo de dieta beneficiosa frente a la arteriosclerosis, una afección que causa endurecimiento de las arterias. La dieta incluía una cantidad abundante de aceite de oliva virgen extra.
Las mujeres, las personas mayores de 62 años, los consumidores moderados de alcohol y quienes realizan ejercicio físico presentan una mayor adherencia a la dieta mediterránea, de acuerdo con los datos publicados en un artículo del Journal of the American Dietetic Association. Por el contrario, ser varón y obeso son los factores que se relacionan con una alimentación más alejada de los parámetros que se consideran saludables.
La unión del tomate, el aceite de oliva, el ajo y la cebolla en un sofrito aumenta la cantidad de polifenoles y carotenoides. Estos compuestos biosaludables ayudan, respectivamente, a prevenir las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Así lo recoge un estudio de la Universidad de Barcelona y la red CIBERobn que confirma al sofrito como un elemento esencial en la dieta mediterránea.
Investigadores del Departamento de Medicina de la Universidad de Córdoba han desarrollado un programa específico de dieta y actividad física destinado a prevenir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares en pacientes con síndrome metabólico.
Una variante del gen asociado con el desarrollo de la diabetes tipo 2 parece interactuar con un patrón de la dieta mediterránea de manera que quienes la siguen previenen derrames cerebrales, según un trabajo conjunto de centros de investigación estadounidenses y españoles. El análisis ha sido posible gracias a los datos del estudio PREDIMED sobre nutrición en España.
Científicos españoles han llevado a cabo durante diez años un estudio que indica que la dieta mediterránea, enriquecida con frutos secos o aceite de oliva virgen extra, disminuye el riesgo de derrame cerebral en individuos con alto riesgo.
Los cambios de horarios, el calor y las comidas fuera de casa fomentan la modificación de los hábitos alimenticios por otros menos saludables, lo que incrementa la ingesta de productos hipercalóricos. Existen alternativas para afrontar los días de calor que contemplan el consumo de verduras entre dos y cuatro raciones diarias.