Seguir una dieta mediterránea abundante en grasas vegetales como aceite de oliva virgen extra y frutos secos no implica un aumento de peso en comparación con una dieta baja en grasas, según un estudio liderado por la Universidad de Barcelona en el que han participado 7.447 voluntarios durante cinco años.
Las personas de 80 años en adelante son muchas veces olvidadas en las encuestas y estudios de población, especialmente, porque su número y participación en este tipo de investigaciones es normalmente menor respecto a ancianos más jóvenes. A pesar de su escasa presencia, sus problemas de salud son mayores y repercuten en una baja calidad de vida. La nutrición es un pilar clave para conseguir un envejecimiento saludable y aquí juega un papel fundamental la dieta mediterránea, que muchos de ellos no siguen de forma adecuada.
Un nuevo estudio analiza cómo influye el consumo moderado de alcohol en los patrones dietéticos de los jóvenes. La investigación identifica que los consumidores de vino o cerveza tenían un punto más en el indicador de adherencia a la dieta mediterránea que los no consumidores o aquellos que tomaban todo tipo de bebida alcohólica.
Investigadores del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica, del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, y del Centro de Investigación Biomédica en Red, del Instituto de Salud Carlos III, han demostrado la importancia de la dieta mediterránea en el desarrollo de bacterias intestinales que reducen el riesgo de padecer obesidad. Este modelo de alimentación aumenta la población de microorganismos beneficiosos que previenen la aparición de alteraciones derivadas del sobrepeso, en especial, la diabetes y enfermedades cardiovasculares.
En España se realizan numerosos estudios sobre hábitos de alimentación y estilos de vida como base de una estrategia eficaz para la prevención de enfermedades crónicas. Sin embargo, apenas existen trabajos sobre la repercusión que tiene el tipo de formación en la calidad de la dieta. Una investigación de la Universidad de Valladolid indica que más del 40% de los universitarios sigue la dieta mediterránea, pero revela diferencias entre las distintas carreras.
La Universidad de Navarra ha liderado un estudio a gran escala sobre cómo la dieta mediterránea reduce hasta en dos tercios el riesgo de desarrollar cáncer de mama. El trabajo, que ofrece por primera vez resultados cuantificables, se realizó en una muestra de cerca de 4.300 mujeres.
Un nuevo estudio confirma los beneficios de la dieta mediterránea para prevenir o retrasar el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento, que eventualmente termina en demencia o alzhéimer. Los resultados subrayan que las personas que siguen esta dieta complementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos tienen una mejor función cognitiva que las personas asignadas a la dieta control.
Los beneficios para la salud de la dieta mediterránea son conocidos. Además de ser más sana, un reciente artículo concluye que el menú que tradicionalmente se consume en España deja una huella de carbono menor que las de EE UU o Reino Unido.
Tras haber participado en el estudio que ha sacudido las recomendaciones dietéticas internacionales para la prevención de la enfermedad cardiovascular, Jordi Salas Salvadó no se conforma. El catedrático de la Universitat Rovira i Virgili, investigador principal del CIBERobn y reciente Premio Dupont de la Ciencia, impulsa y coordina un trabajo orientado a descubrir el efecto de la pérdida de peso y el ejercicio físico en la prevención de las patologías del sistema circulatorio.
Un 27% de los niños de 11 o 12 años padece sobrepeso u obesidad, frente al 73% restante de los escolares que tiene un peso normal. Así se desprende de un estudio, realizado por la Universidad de La Rioja, que describe el nivel de salud de los escolares de 6º curso de Educación Primaria de Logroño (La Rioja). El trabajo ha considerado la composición corporal, la presión arterial, la condición física, los hábitos de alimentación y la práctica física.