El planeta está en peligro, ya que muchos ‘elementos críticos climáticos’ han sido transgredidos y otros están a punto de atravesar sus umbrales de no retorno, según un estudio en el que participan científicos españoles. Los expertos consideran fundamentales las nociones de equidad y seguridad para preservar la vida, más allá del tope a las temperaturas globales de la atmósfera.
Gemelos digitales, inteligencia artificial o digitalización del tratamiento y reciclado de aguas residuales son algunas de las tecnologías emergentes que se usan en la actualidad para la gestión eficaz de los recursos hídricos. Ante un panorama futuro de sequías más frecuentes y prolongadas, ingenieros y científicos focalizan sus esfuerzos en soluciones innovadoras que garanticen la calidad y su suministro a la población.
El proyecto internacional ProMETEO, con la asesoría científica en España del físico Jose María Martín Olalla (Ourense, 53 años), está probando en Sevilla un sistema piloto que clasifica y nombra las olas de calor según su impacto en la salud. Si se alcanzan tres días con temperaturas superiores a 41 ºC, dan la voz de alarma. La primera con nombre propio fue Zoe, en un mes de julio de 2022 con cifras récord.
El informe anual del Servicio de Cambio Climático del sistema satelital Copernicus ha registrado el verano más cálido hasta la fecha. Los expertos alertan de que Europa debe adaptarse a las condiciones climáticas actuales, marcadas por el estrés hídrico y el deshielo.
Un informe de síntesis en el que han participado más de 90 expertos advierte que la quema de combustibles fósiles ha provocado un aumento de 1,1 ºC por encima de los niveles preindustriales. Para limitar el calentamiento a 1,5 °C, es preciso lograr reducciones contundentes y rápidas de las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores.
El equilibrio entre los proyectos de energía renovable y la conservación del paisaje es una de las cuestiones que se está planteando en la actualidad en España para lograr una transición ecológica justa. Ernest García, profesor emérito de la Universidad de Valencia, defiende que en un planeta con recursos limitados debemos adaptarnos social y económicamente si queremos "mitigar el golpe" de la crisis climática.
Una investigación dirigida por el Instituto de Salud Global de Barcelona, que recopila datos en 93 urbes europeas, pone de relieve que cubrir un 30 % de este espacio con vegetación podría reducir de forma considerable el número de fallecimientos durante la época estival.
El efecto del calentamiento global en la productividad de los bosques ha pasado de positivo a negativo en los últimos 25 años. El aumento de temperatura conlleva mayor estrés hídrico estival, según refleja el análisis del crecimiento de tres especies de pino durante ocho décadas liderado por la Universidad Complutense de Madrid.
El cofundador y presidente emérito de Children & Nature Network ha acuñado, con afán didáctico más que diagnóstico, el concepto de “trastorno por déficit de naturaleza”, con el que espera llamar la atención sobre los problemas de salud a los que contribuye nuestra creciente desconexión con el mundo natural.