La crisis climática aboca, en tan solo una docena de años, a que el 50 % de estos arrecifes se enfrenten permanentemente a condiciones inadecuadas. Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Hawái (EE UU).
Los playas y dunas de nuestras costas son un atractivo turístico incuestionable. Además, son ecosistemas con potencial para la industria farmacéutica y otros sectores productivos, e incluso en el ámbito culinario. La ecóloga Sara M. Vallés lleva años estudiando estos entornos degradados y da las claves para mejorar su situación. La acción individual también cuenta.
Esta época estival en España ha sido la más caliente de su serie de datos. Además, el pasado mes de agosto ha sido muy cálido: el segundo con mayores temperaturas desde que hay registros, según datos de la Agencia Española de Meteorología.
Los ecosistemas áridos se adaptan con el cambio climático a los sistemas templados, según un estudio que cuenta con la participación del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Estas zonas desérticas aumentarán en unos 17 milliones de km2 para 2100.
Los episodios de calor peligrosos y extremadamente peligrosos serán más habituales, incluso si se cumplen los objetivos climáticos del Acuerdo de París. Los científicos prevén en un estudio regiones difícilmente habitables al aire libre, sobre todo en los trópicos. A pesar de ser “escenarios aterradores” estamos a tiempo de prevenirlos.
Un informe de la Comisión Europea señala que el 64 % del continente europeo se encuentra en aviso o alerta por sequía, lo que aumenta el peligro de la expansión de incendios.
España afronta un verano con sequía hídrica y embalses a un 45,32 % de su capacidad, pese a las lluvias de primavera. Nuestro país debe prepararse para una mayor frecuencia de estos episodios con una mejor gestión de la demanda de agua, que optimice su uso y consiga ahorro hídrico, según los científicos.
Las zonas afectadas por los fuegos se encuentran en el sur, centro y norte del continente, pero este cambio histórico en el régimen de incendios de Europa es más intenso en el área del Mediterráneo y está relacionado con la crisis climática. Así lo revela un estudio liderado por el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales.
Entre cuatro y cinco veces es lo que incrementa la probabilidad de conflictos, más allá de la zona afectada, el aumento prolongado de las temperaturas y de precipitaciones provocadas por el calentamiento global. Esta es la principal conclusión de un estudio liderado por el Instituto de Gestión de la Innovación y del Conocimiento.