Los ecosistemas de agua dulce representan cerca de la mitad de las emisiones globales de metano. Un estudio, en el que participa el Centro de Estudios Avanzados de Blanes del CSIC, concluye que la cantidad de metano que sale de los ríos depende poco de la temperatura del agua y mucho, de las características del entorno. El trabajo ha sido publicado en la revista Nature.