El mundo entero es testigo de fenómenos extremos cada vez más dramáticos, como los huracanes que han arrasado el Caribe y Puerto Rico. La ciencia tiene una explicación. María José Sanz, directora del Basque Centre for Climate Change, recuerda que la crudeza que han cobrado estos eventos tiene que ver con la acción humana y el cambio climático: el agua del océano almacena más energía que antes.
En 2100 los océanos retendrán unas 310 gigatoneladas de dióxido de carbono generadas por la actividad humana, una cantidad suficiente como para disparar el inicio de la sexta extinción en masa que se producirá en los próximos miles de años. Esta es la conclusión a la que ha llegado un investigador estadounidense que ha asociado las perturbaciones que se han producido en el ciclo de carbono durante los últimos 542 millones de años con las cinco extinciones en masa anteriores.
Los suelos contribuyen en distinta medida a las emisiones de CO2 a la atmósfera. Un equipo de científicos, que ha analizado 35 tipos de suelos en España, ha medido las concentraciones de metoxifenoles, unas moléculas cuya composición se hace más compleja cuando aumenta el porcentaje de carbono del suelo. Los resultados permiten identificar, a partir de sus diferentes proporciones, los suelos con mayor capacidad para almacenar carbono.
Científicos del Instituto Catalán de Investigación Química han sintetizado nuevos policarbonatos a partir de CO2 y limoneno, una sustancia que se extrae de las cáscaras de los cítricos. La novedad es que el producto está libre de bisfenol A, un potencial carcinógeno.
Uno de los objetivos del Acuerdo de París aprobado en diciembre de 2015 para luchar contra el cambio climático es que el aumento de la temperatura del planeta en 2100 no supere los 2 ºC, y si es posible los 1,5 ºC respecto a los niveles preindustriales. Un nuevo estudio ha planteado cuatro escenarios futuros de reducción de emisiones de CO2 y aumento de renovables, y ni siquiera en el mejor de los casos se lograría "enfriar" el planeta.
Investigadores del Instituto Catalán de Investigación Química han desarrollado un catalizador de níquel que transforma mezclas de hidrocarburos y CO2 en compuestos con gran valor industrial: los ácidos grasos. El proceso es sostenible y respetuoso con el medioambiente por partida doble: funciona a temperatura y presión atmosféricas y, además, sirve para reciclar el dióxido de carbono, contribuyendo así a reducir este gas de efecto invernadero.
Los suelos actúan de sumidero del CO2 que se emite a la atmósfera por la quema de combustibles fósiles, pero aún es difícil determinar la cantidad de carbono que se almacena en la superficie terrestre. Un nuevo estudio, que cuenta con la participación de la Universidad Rey Juan Carlos, revela que el almacenaje de carbono actual podría estar influenciado en mayor medida por el clima del pasado que por el clima actual.
El viento solar ha barrido la atmósfera de Marte, transformando un mundo templado y húmedo que pudo albergar vida en el pasado en otro desértico y frío, como el que se observa hoy en día. Así lo revelan las mediciones del gas argón registradas por la nave MAVEN en la atmósfera del planeta rojo.
La provincia de Segovia podría compensar las emisiones de gases de efecto invernadero del tráfico rodado en los próximos 35 años por medio de medidas de gestión de usos del suelo, sin causar ningún impacto social ni pérdida de producción agropecuaria. Así lo confirma un trabajo, que centrado en esta provincia, y que ha determinado que las posibilidades de compensación son el doble de la demanda, y que de forma análoga, esta compensación podría ser también viable en otras regiones de España.