El libro Mujeres de ciencia relata las andanzas de 50 pioneras que debieron superar los obstáculos, la discriminación y el ninguneo de las academias. Su autora, Rachel Ignotofsky, expresa su “esperanza de que anime a niñas y mujeres a dejarse llevar por sus pasiones y sueños”. Este homenaje ilustrado, sazonado de datos, gráficos y hechos curiosos, es estimulante para chicas y chicos. También ellos requieren modelos femeninos positivos, si queremos librarles de prejuicios misóginos.
Hoy se han entregado en Madrid las bolsas de investigación del programa For Women in Science L'Oréal-Unesco a cinco científicas españolas, que trabajan en campos como la astrofísica y el desarrollo de nuevos materiales con propiedades extraordinarias para aplicaciones en energía y computación cuántica. Coincidiendo con la entrega de los galardones, se ha lanzado la campaña #Descubreconellas #Niñasenlaciencia para promover las carreras de ciencia y tecnología entre las niñas.
Arantxa Unda (Madrid, 1987) ha trabajado en firmas como Goldman Sachs, en Nueva York, y en la sede londinense de Morgan Stanley; pero el mundo de las finanzas no la llenaba. Así que, tras finalizar un MBA en la Universidad de Harvard, decidió volver a España para ponerse al frente de la empresa familiar de software de gestión sanitaria Sigesa e introducir cambios que pusieran un mayor foco en la I+D. Unda encabeza la lista Forbes de 30 emprendedores europeos menores de 30 años en la categoría de ciencia y salud.
Detrás del éxito de John Glenn, el primer estadounidense que orbitó la Tierra, y de la llegada de Neil Armstrong y sus compañeros a la Luna se esconden los cálculos que realizó un grupo de matemáticas afroamericanas en la NASA durante los años 60. El desconocido trabajo de Katherine Johnson, Dorothy Vaughan, Mary Jackson y otras ‘computadoras humanas’ salió a la luz con la publicación del libro Figuras Ocultas.
Hoy se han entregado en Madrid las bolsas de investigación del programa For Women in Science L'Oréal-Unesco a cinco científicas españolas que trabajan en campos como las nanopartículas en aplicaciones médicas, el estudio de las alergias desde el interior de los vasos sanguíneos o la inmunización materna. Coincidiendo con la entrega de los galardones, se ha lanzado la campaña #ponlescara en redes sociales para dar a conocer a las científicas y alentar la vocación investigadora entre las jóvenes.
Eres investigadora y te han dado una estancia de unos meses en una universidad extranjera de prestigio pero tienes hijos pequeños, ¿qué haces con ellos? A este tipo de preguntas y a otras mucho más complejas se enfrentan todos los días mujeres que han optado por compatibilizar familia y carrera investigadora. Su presencia en las universidades es cada vez mayor, sin embargo, el crecimiento no ha sido exponencial en todas las áreas científicas, ni en todos los niveles del escalafón académico. Esta falta de progresión tiene sus porqués.
Doce mujeres iluminadas por la luz. / RSEF/SEDOPTICA/UA
A finales del siglo XIX un grupo de 13 mujeres, conocidas como ‘las calculadoras’, se dedicaban a contar y clasificar estrellas en el Observatorio Astronómico de Harvard. Realizaban un trabajo tedioso y mecánico que, sin embargo, ayudó a sentar las bases de la astrofísica moderna. Durante mucho tiempo, estas científicas estuvieron olvidadas. Eulalia Pérez Sedeño, investigadora del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, pone este y otros ejemplos para explicar que la historia de la ciencia a menudo se ha escrito sin tener en cuenta la contribución de las mujeres.
Hoy se celebra el día de Ada Lovelace, hija de Lord Byron, destacada matemática y reconocida como una de las pioneras de la computación. Este evento, de periodicidad anual, quiere celebrar los logros de las mujeres en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
La colección de Lego Instituto de investigación con figuritas de una paleóntóloga, una astrónoma y una química, / Lego