Un estudio redefine la vejez saludable como un proceso en el que intervienen el medioambiente y el contexto sociopolítico de las personas, no solo su estado físico. Con ello, los investigadores piden que las estrategias de salud pública aborden más allá del estilo de vida y que valoren otros campos, como la desigualdad social.
Gracias a su biología, estos animales casi no enferman de cáncer, por lo que pueden ser modelos prometedores para observar cómo envejecer de una forma saludable. Un estudio revela que en los pocos casos donde aparecieron tumores nunca se propagaron.
Los niveles de taurina en sangre no disminuyen con la edad, según un estudio publicado en Science que contradice investigaciones previas y cuestiona su uso como suplemento antienvejecimiento. Los nuevos datos apuntan a que esta variación responde más a factores individuales como la genética, la dieta o el entorno.
Investigadores de Singapur han analizado imágenes de resonancia magnética y han detectado una pérdida de conectividad en las áreas del cerebro relacionadas con la sociabilidad.
Un estudio con participación española identifica una serie de huellas en el código genético que tienen relación con el envejecimiento sanguíneo en personas de más de 50 años. Este hallazgo allana el camino para detectar enfermedades producidas por la vejez y el desarrollo de nuevas terapias para retrasar el envejecimiento en humanos.
Una alimentación rica en carbohidratos complejos y fibra se asocia con una mejor calidad de vida a largo plazo en las mujeres. Estos nutrientes contribuyen a mantener la salud física y cognitiva, y ayudan a prevenir enfermedades crónicas.
Un estudio internacional demuestra en ratones que aumentar los niveles de esta proteína incrementa la longevidad entre un 15 % y 20 % y mejora las condiciones físicas y mentales en la vejez.
Alistair McGuire, economista del University College London, investiga cómo sociedades cada vez más envejecidas pueden seguir financiando adecuadamente sus sistemas de salud.
Investigadores de China han identificado 13 proteínas relacionadas con el declive de este órgano. El estudio sugiere cómo los cambios en sus concentraciones en sangre tienden a alcanzar un pico a los 57, 70 y 78 años. Este hallazgo abre la puerta a intervenciones personalizadas para retrasar su degeneración.
Un estudio en ratones muestra que es posible revertir los efectos del envejecimiento en las neuronas mediante reprogramación celular, aumentando su número y capacidad de conexión, lo que podría abrir nuevas vías para tratar enfermedades neurodegenerativas.