Justo hace dos siglos, el 1 de agosto de 1818, nació la astrónoma Maria Mitchell en Nantucket, Massachusetts (EE UU). Se hizo famosa por descubrir con su telescopio en 1847 el cometa que lleva su nombre: Miss Mitchell’s Comet (actualmente denominado C/1847 T1), un hallazgo por el que el rey Federico VI de Dinamarca le concedió una medalla.
Desde entonces se convirtió en una celebridad nacional, siendo admitida en sociedades científicas reservadas hasta ese momento solo para los hombres, como la American Academy of Arts and Sciences y la American Association for the Advancement of Science (AAAS).
Mitchell también fue la primera mujer estadounidense que trabajó como astrónoma profesional. Lo hizo como profesora e investigadora de manchas solares y otros objetos del sistema solar en Vassar College (universidad privada situada en el municipio neoyorquino de Poughkeepsie), donde logró que se inscribieran más estudiantes en matemáticas y astronomía que en la Universidad de Harvard entre 1865 a 1888. Este último año se jubiló, y al siguiente falleció, defendiendo hasta el último momento el papel de la mujer en la ciencia.