La Fundación BBVA ha galardonado al informático japonés, de la Universidad Carnegie Mellon (EE UU), por crear los algoritmos que permiten a las máquinas comprender las imágenes y procesar los movimientos. Sus técnicas están presentes en los coches autónomos, los drones y todos los robots con capacidad de visión, como los que se usan en cirugía.
Para definir los colores de una imagen se suele utilizar un sistema de once nombres bien conocidos, como blanco, rojo, verde y azul, pero un equipo de científicos chinos y europeos propone usar otros 28 adicionales, como borgoña, salmón, lavanda, ciruela, tan y verde oliva. Estos nuevos descriptores ofrecen mejores resultados a la hora de clasificar imágenes, identificar personas y realizar el seguimiento visual de individuos.
Investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia han diseñado un método para identificar de manera automática los nombres de los faraones que encierran los antiguos cartuchos egipcios, aunque estén deteriorados. El sistema también se podría integrar en el móvil durante las visitas a museos y yacimientos.
Un prototipo, desarrollado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, permite detectar las caídas de personas ancianas y enviar una alerta al móvil de sus cuidadores, sin tener que llevar puesto ningún dispositivo. Consiste en una cámara web y un PC embebido situado en techos y paredes, y funciona con algoritmos de visión artificial.
Un equipo de investigadores europeos, entre los que se encuentran un grupo de la Universidad Politécnica de Madrid, ha presentado un sistema de seguimiento de instrumental quirúrgico que permite monitorizar y analizar los movimientos de los instrumentos dentro de un simulador. El avance se enmarca dentro del desarrollo de tecnologías de entrenamiento y evaluación quirúrgica basadas en el análisis del vídeo laparoscópico.
Un nueva tecnología de inspección integral, basada en sensores de rayos X y visión infrarroja, permite inspeccionar el 100% de la producción en líneas de proceso y envasado de elaborados de pollo para comprobar si cumplen con los parámetros de calidad y seguridad total antes de su distribución en el mercado.
A partir de ahora será posible calcular los valores de la torsión miocárdica a partir del análisis de imágenes de resonancia magnética cardíaca marcada (tagging miocárdico). Su objetivo final es modelar y valorar el funcionamiento electromecánico del corazón y su principal aplicación, la detección de cardiotoxicidad en quimioterapia.
Investigadores del departamento de Electrónica de la Universidad de Alcalá (UAH) ganan el Premio a la Innovación 3M 2011 en el área de Seguridad por su proyecto “Sistema de localización y asistencia a la navegación de personas invidentes utilizando visión artificial”. Su propuesta consiste en el desarrollo de un sistema de localización y asistencia a la navegación para invidentes que permita guiarles en entornos interiores estructurados, así como en entornos exteriores usando la fusión sensorial de GPS y visión artificial.
La inspección de productos industriales, el guiado de robots o el control del tráfico son sólo algunas de las aplicaciones de los sistemas de visión artificial. El Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Universidad de Valladolid la emplea también en el campo de la metrología, la disciplina que se ocupa del estudio de los sistemas de medidas. La visión artificial puede alcanzar una precisión por debajo de la centésima de milímetro, lo que le hace ser un sistema atractivo para su implantación en industrias como la del automóvil.
La automatización de las líneas de fabricación tradicionales ha sido relativamente fácil. Al tratarse de entornos estructurados donde las piezas se encuentran perfectamente posicionadas, los robots sólo tenían que ser capaces de acercarse a ese lugar, reconocer la pieza y colocarla en otro sitio. No obstante, las líneas de fabricación han cambiado mucho en los últimos años. Según explica Eusebio de la Fuente, profesor del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Universidad de Valladolid, en las más modernas “existen varios productos mezclados, de distintos tamaños y apariencia, y muchas veces en movimiento”, cuya manipulación automática es factible gracias a los sistemas de visión artificial.