La inspección de productos industriales, el guiado de robots o el control del tráfico son sólo algunas de las aplicaciones de los sistemas de visión artificial. El Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Universidad de Valladolid la emplea también en el campo de la metrología, la disciplina que se ocupa del estudio de los sistemas de medidas. La visión artificial puede alcanzar una precisión por debajo de la centésima de milímetro, lo que le hace ser un sistema atractivo para su implantación en industrias como la del automóvil.
Eusebio de la Fuente, del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Universidad de Valladolid, asegura que la visión artificial posibilita el control de distancias, el número de estrías, radios o ángulos de una pieza industrial con gran precisión, ya que la medición se basa en sus características geométricas como son las rectas o los círculos.
“Se pueden extraer las cotas de una pieza con gran precisión lo que tiene mucha utilidad en empresas del sector del automóvil donde las especificaciones de las piezas son muy estrechas”, añade el investigador.
En cuanto al funcionamiento de estos sistemas, el profesor detalla que parten siempre de una representación digital. “Una cámara actúa como un ojo, el iris corresponde al diafragma, la retina al sensor y el cristalino a la lente, que permite alejar o acercar la cámara del objeto para conseguir un buen enfoque”, ha precisado. No obstante, frente a la visión humana, la artificial depende mucho de las condiciones lumínicas, puesto que “no puede adaptarse a los cambios como el ojo humano”. Por ello, su mayor uso se encuentra en el campo de la industria, donde puede determinarse una iluminación estable.
En el área de la metrología, los sistemas de visión artificial tratan de obtener las magnitudes físicas del objeto y verificar posteriormente que se corresponden con el patrón exigido. Para ello se desarrolla un software capaz de detectar estos aspectos y establecer si se cumplen o no los diferentes requisitos.
Entre las principales ventajas de este sistema, apunta el investigador, se encuentra que no es necesario el contacto con el objeto y la posibilidad de realizar el control en el cien por cien de las piezas fabricadas.
En la industria del automóvil y la metal-mecánica, la visión artificial ya se utiliza para la detección de grietas o de defectos superficiales, mientras que en la industria farmacéutica se controlan cierres y válvulas o la impresión de la fecha.
El experto asegura que la visión artificial ha experimentado un “impulso fuerte” en los últimos años, en gran parte por el aumento de la potencia de los ordenadores y el precio de las cámaras, “que se ha abaratado mucho”. Como resultado, la investigación en visión artificial “se ha sacado fuera de los laboratorios” y se han desarrollado aplicaciones “que funcionan realmente”.