Un estudio ha analizado los mensajes difundidos sobre esta enfermedad en las redes sociales X y Weibo. Según sus resultados, aunque la desinformación y los engaños son generalizados, el contenido basado en evidencia científica genera más compromiso por parte de los usuarios.
En estos ocho meses, el controvertido magnate ha realizado grandes transformaciones en la plataforma, como el despido de casi tres cuartos del personal, la salida de la bolsa o la verificación de pago. Esta nueva decisión pretende convertir 'X.com' en un espacio donde se permita también la compraventa de bienes y servicios.
Además de espacios de comunicación, desinformación y controversias, las redes sociales se han convertido con los años en gigantes cementerios donde millones de usuarios se cruzan con cada vez más cuentas de fallecidos. Una nueva corriente de filósofos, sociólogos y antropólogos exploran este complejo fenómeno.
Desde que el controvertido magnate hizo efectiva la compra de Twitter el pasado 27 de octubre, la sensación es de absoluto descontrol. Ha tomado una serie de decisiones que no han tenido el efecto esperado y nos tiene en vilo, conteniendo a duras penas una fuga de usuarios y anunciantes que ya ha empezado.
Las redes sociales han jugado un papel crucial durante la crisis por la covid-19. Mientras que en ellas algunos científicos y científicas han divulgado su trabajo, otros perfiles las han aprovechado en beneficio propio, generando desinformación y crispación. Los debates en abierto deberían ser útiles, pero las dinámicas polarizadoras de las redes pueden socavar la confianza del público hacia la ciencia.
La semana comenzó con el anuncio de la compra de esta red social por parte del consejero delegado de Tesla, el hombre más rico del mundo, que ha ofrecido un total de 41.000 millones de euros. La operación ha causado un gran revuelo dentro y fuera de Twitter. ¿Qué implica la adquisición? ¿Está en riesgo la libertad de la red? ¿Lo estaba antes?
Uno de cada tres científicos que han participado en una encuesta llevada a cabo por el equipo de redacción de la revista han sufrido intimidación por hablar sobre la pandemia. La mayoría de ellos recibieron dicho acoso a través de Twitter o por correo electrónico.
Un análisis de tuits enviados entre finales de 2019 y principios de 2020 en España y otros seis países europeos revela una preocupación creciente por casos de neumonía y tos seca, que luego se asociarían con el coronavirus. El estudio propone el uso de las redes sociales como una herramienta de alerta temprana y vigilancia de las epidemias.
Un equipo de investigadores ha analizado millones de tuits publicados en todo el mundo durante la fase inicial de la epidemia. Sus resultados muestran que, a medida que aumentaron los casos, los ciudadanos compartieron información más fidedigna.
Investigadores de la Universidad de Murcia han llevado a cabo un estudio que confirma la presencia de cuentas manejadas mediante software en Twitter durante la campaña y las elecciones generales del pasado 10 de noviembre. Los más numerosos fueron los bots del partido de ultraderecha VOX.