Una nueva investigación, en la que ha participado la Universidad de Barcelona y el CREAF, demuestra que, desde principios del siglo XXI, el aire de gran parte de Europa se ha vuelto más seco que en cualquier periodo anterior, y que esta tendencia continúa. Las regiones más afectadas se encuentran en la región occidental.
Un estudio con participación del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC señala que España es uno de los países más afectados por el cambio climático y que el año pasado fue también el año más seco en el noreste del país.
La actual sequía en la Amazonía puede ser histórica y extenderse hasta enero. Es la mayor reserva de agua dulce del mundo, pero sus ríos están en niveles mínimos.
El peligro extremo por falta de agua lo sufren también espacios forestales del sur de Australia, el noroeste del Amazonas y de los Estados Unidos, según un estudio internacional liderado por investigadores españoles. El trabajo describe un nuevo modelo predictivo para caracterizar los ecosistemas más vulnerables.
El proyecto europeo FirEUrisk, en el que participa el CSIC, destaca la importancia de educar a la población en prevención y toma de decisiones para salvar vidas cuando las llamas se acercan. Las herramientas desarrolladas integran los factores de riesgo y la supresión del fuego, tomando en consideración las condiciones climáticas, pero también a las personas, infraestructuras e impactos socioeconómicos.
Desde que la Estación Biológica de Doñana tiene registros, nunca se había secado dos veranos consecutivos. La grave sequía y la sobreexplotación del acuífero son las causas de la situación en la que se encuentra el sistema de lagunas de Doñana.
Las altas temperaturas y la ausencia de agua provocan una vegetación más seca y una disminución del alimento para estos animales. Las actuales condiciones climáticas reducen la reproducción y supervivencia de la especie, que se aleja del interior de las zonas urbanas.
Gemelos digitales, inteligencia artificial o digitalización del tratamiento y reciclado de aguas residuales son algunas de las tecnologías emergentes que se usan en la actualidad para la gestión eficaz de los recursos hídricos. Ante un panorama futuro de sequías más frecuentes y prolongadas, ingenieros y científicos focalizan sus esfuerzos en soluciones innovadoras que garanticen la calidad y su suministro a la población.
La falta de agua en la cuenca amazónica se está viendo agravada por el cambio climático, la deforestación y la agroganadería intensiva. Según un estudio reciente en el que han participado científicos españoles, algunas especies están al límite de su capacidad de adaptación, lo que reduce su potencial para almacenar carbono.