Investigadores del Instituto de Ciencias Fotónicas y una empresa derivada presentan un método para sintetizar puntos cuánticos de telururo de plata respetuoso con el medio ambiente. Se puede aplicar en fotodetectores de luz infrarroja de onda corta y semiconductores CMOS, de uso común en electrónica de consumo.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y de IMDEA Materiales han desarrollado y patentado un sensor de terremotos que funciona sin baterías, ofrece gran sensibilidad, resiste condiciones adversas y permite visualizar las señales en cualquier dispositivo con internet. Está basado en el efecto triboeléctrico, el mismo que se produce al frotar un peine por el pelo.
Un equipo de investigadores de Cataluña ha desarrollado un aparato que permite monitorizar la cantidad de amonio en sangre, lo cual facilitará el seguimiento de enfermedades hepáticas y otras dolencias metabólicas hereditarias.
Ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE UU) han desarrollado un dispositivo capaz de identificar proteínas del SARS-CoV-2 mediante polímeros asociados a nanotubos de carbono. Se trata de una técnica rápida que no requiere usar anticuerpos u otros reactivos.
Investigadores del CSIC y la Universidad de Alcalá han desarrollado un dispositivo que permite utilizar un cable de fibra óptica del Observatorio del Roque de los Muchachos en una red sísmica con miles de sensores. Sus datos informarán de movimientos en el terreno y complementarán a los que ya aportan los sismógrafos convencionales.
El estadounidense David Julius descubrió el receptor de la comida picante y el calor sobre la piel, así como el del frescor de la menta y el frío, y el armenio Ardem Patapoutian otros relacionados con la presión mecánica y el dolor. Hoy comparten el Premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biología y Biomedicina.
Las corrientes de los océanos son invisibles, sobre todo las que discurren bajo el hielo marino del océano Austral. Dos equipos de científicos han podido observar por primera vez en la Antártida pequeños y enérgicos flujos de agua gracias a robots oceánicos y a sensores unidos a las focas de Weddell, protagonistas del #Cienciaalobestia.
Científicos de la Universidad de Oviedo y el Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología han descubierto un método para controlar la frecuencia de la luz en la nanoescala intercalando átomos de sodio en los llamados materiales de van der Waals. El avance se podría aplicar en tecnologías de la información y sensores biológicos de alta sensibilidad.
Los virus y bacterias se suelen detectar mediante test basados en sus datos genéticos, pero en el futuro se podrían identificar de otra manera: por sus vibraciones. Usando sensores optomecánicos, investigadores del CSIC han logrado medir la frecuencia de resonancia de una sola bacteria, una información muy valiosa para conocer sus características y el tipo al que pertenece.
En los años 80 se descubrió que estos parientes de la estrella de mar eran sensibles a la luz y tenían un color distinto por el día que por la noche. Ahora, un estudio revela que gracias a esta característica pueden ver el exterior aunque no tengan ojos.